lunes, 20 de marzo de 2006

MARZO 1976 por Maria Cecilia Repetto


MARZO 1.976
Mientras espero que papá se desocupe con el diario (está enfrascado leyendo LA NACION) me pruebo los zapatos marrones que me compró mamá en la Zapatería Virginia de Mar del Plata.
Observo encantada mis pies de señorita, curvo mi empeine, me levanto, me siento y me  sonrío subida a mis primeros zapatos con taco.
Sin darme cuenta distraigo a papá con el balanceo pendular de mis tobillos.
Se ríe y mirándome por detrás de sus lentes de miope me dice entre el humo de su Marlboro que los zapatos me quedan bonitos.
Mamá asiente con su cabeza, luego se acerca, me toma de los brazos y con una dulzura conmovedora me dice  que yo era como ella  me había soñado.
Aprovecho que papá ha dejado su diario sobre la mesada de la cocina  y le cuento  las novedades de la escuela.
Le comento que en el cuaderno de comunicaciones la celadora nos dictó una nueva reglamentación con muchos “no” referida ,entre otras cosas ,a la forma como hay que ir vestido a clase.
Le digo quejosa a papá  que es ridículo que no pueda  usar más  mi flequillo, le explico que no me gusta  mostrar mi frente porque me han salido unos  granitos.
Papá escucha mi protesta pero me parece que no me atiende demasiado, ni me  explica- él  que siempre  sabe de todo-  que hay de malo en que  se me vea  la polera amarilla debajo del delantal.
Solo me responde en una especie de bufido que me deje de pavadas…
Pese a mis temores iniciales he comenzado sin problemas mi segundo año del secundario.
Me gusta Historia, Castellano, Música y Francés; me aburro en la clase de  biología y me duermo en la hora de Matemáticas.
Tengo varias compañeras nuevas pero nosotros, las del Bertoni nos sentamos por un lado y  con las otras chicas casi no nos conocemos.
Bueno, ellas tampoco se nos acercan.
Ayer ocurrió algo extraño en el aula: En el medio de  la clase de dibujo irrumpió   la preceptora y sin dar ninguna explicación  le pidió a mi compañera de adelante que se presentara de inmediato en la dirección con todos sus útiles.
Cuando   regresó  después de un rato largo se la notaba triste y avergonzada.
Mantuvo su cabeza baja  hasta el final de la clase sin decir ni  una palabra.
Yo la estuve observando de reojo, sentí  pena, pero no me atreví a acercarme ni a preguntarle nada.
A ella apenas la conozco, parece buena  persona aunque es seria o muy tímida. Es una compañera nueva que ha venido este año con su familia  a vivir a Dolores y creo que nadie se interesa  mucho por ella.
En el recreo se comentó que le habían revisado sus libros, que le habían quitado algunos papeles que tenía guardados entre sus carpetas(?)  y  que habían citado a sus padres para pedirle explicaciones.
Alguien nos dijo después en secreto que la familia de esta chica andaba en” cosas raras “y que quizá a nuestra compañera la expulsaran de la escuela.
No puedo creerlo ,me siento confundida. En realidad ,no entiendo nada.
¿Qué habrá pasado? ¿Qué será ” lo raro”? ¿De qué papeles me hablan?
 Bueno ,mejor no pregunto y  hago como el resto , me guardo para mis adentros las dudas y me mantengo en silencio por afuera.
Aunque no me guste....

María Cecilia Repetto