lunes, 18 de julio de 2011


 

PATRIMONIO DOLORENSE

 Muchos años han transcurrido desde la fundación de nuestra ciudad.

No tantos, es verdad, comparados con la antigüedad de muchos  pueblos europeos o asiáticos  pero  demasiados  a la luz  de  todo lo vivido  desde que el capitán Ramón   Lara delimitó , a principios del siglo XIX ,el perímetro donde luego se erigiría  el pueblo de Dolores .

Sí, casi dos siglos han pasado desde la época  en que éramos unas pocas y precarias casas de barro y paja  que cortaban el paisaje desértico de las pampas, de  tiempos  en que la principal  preocupación de los  pobladores  era protegerse de las tropelías de los indios que amenazan constantemente en la zona.

Una ciudad que con el paso  de los años se fue poblando  con  familias que se instalaban aquí  sin  otra promesa que el de una vida modesta y un  transcurrir  sin sobresaltos.

Así nació Dolores, tímida y  pujante, fortalecida después del incendio de 1821 que la vacunó contra la adversidad.

Una ciudad que años más tarde abrió sus brazos,  generosa,  para recibir  a  hombres y mujeres de distintas nacionalidades que se instalaron en nuestro pueblo  con ansias de trabajar y progresar.

En su centenario la ciudad se exhibía esbelta, sobria   ,  adelantada,  con un estilo señorial  acorde con una  población que  vislumbraba  notables inclinaciones culturales.

Una ciudad cabecera  de uno de los más antiguos Departamentos Judiciales y a la cual venían a educarse  jóvenes de poblaciones vecinos que deseaban  formarse  con los buenos maestros y profesores  de Dolores.

Toda ciudad es un ser histórico.

 

Pese al devenir del tiempo la historia de lo vivido  queda impregnada en las  costumbres de su  gente  ; queda marcada en sus  barrios , en sus edificios , monumentos , casas y  plazas que forman en su conjunto el patrimonio histórico de la ciudad .

 

Cuidarlo o  es un deber  conjunto de las autoridades y  de sus  habitantes  .

La preservación del patrimonio histórico no debe entenderse como  un obstáculo para el crecimiento del pueblo   pues  ambas cosas pueden convivir armoniosamente , solo se trata de  conservar  las edificaciones tradicionales  para evitar  la eliminación  de las huellas de las generaciones que nos precedieron sin afectar la línea del progreso.

 Todos los países tienen una legislación específica tendiente a la protección del patrimonio cultural de sus pueblos.

Además de ello las comunas  han encontrado la forma de solventar los gastos de mantenimiento a través de los ingresos que derivan del fomento del  turismo.

Sin embargo , en más de una oportunidad  se ha cuestionado el  escaso compromiso  que demostramos los dolorenses en la preservación de nuestro  patrimonio cultural.

Sería importante reflexionar acerca de si  se están realizando las acciones adecuadas para la conservación del paisaje urbano.

Basta hacer un recorrido por la ciudad para advertir la enorme cantidad de casas antiguas con una arquitectura bellísima  pero  que se ven deslucidas ante la falta de mantenimiento.

Una buena medida arbitrar los medios para que  los propietarios de  casas con fachadas típicas   conserven sus frentes en buen estado, prohibiendo  demoliciones o realizando reformas que alteren su estilo.

 

Muchos edificios por cuestión de costos  han tenido dificultad para adaptarse al paso del tiempo, presentando serios signos de deterioro

Para evitarlo la Municipalidad  podría compensar o colaborar con el mantenimiento  para que sus propietarios  no sientan  que se trata de una carga  que menoscaba el   valor económico de su inmueble.

Por otro lado, es lamentable observar el estado de abandono de algunos frentes de edificios  ubicados  en  zona más céntrica de Dolores que  menoscaban la imagen urbanística en  abierta indiferencia  al lugar donde se vive y a la comunidad que los cobija.

Con nuestros casi doscientos años de historia sería interesante realizar un inventario y registro de los bienes culturales de nuestro pueblo  y encarar con una legislación específica las tareas para la preservación de edificios históricos.

La ciudad se vería mucho mas linda si se realzara la belleza de sus edificios y casas tradicionales e incluso se podría proyectar  un barrio antiguo destinado al fomento del turismo como tienen  otras localidades o como un lugar para el disfrute de los dolorenses.

Sería ,en suma , una buena idea prepararnos para el bicentenario  con  un programa  orientado a la recuperación de nuestro patrimonio histórico  a través de obras que  consistan en  realzar el estilo  arquitectónico y colonial  de edificios que han marcado una época en la historia de nuestro pueblo.

María Cecilia Repetto