sábado, 27 de octubre de 2012

CONSEJO DELIBERANTE DE DOLORES


 

 

EL CONSEJO DELIBERANTE COMO USINA DE IDEAS

 

 

Hay un Consejo Deliberante integrado por vecinos de la ciudad que se reúnen semanalmente a tratar asuntos de la comuna.

 

Los días de   sesión los concejales deliberan , esto quiere decir, intercambian ideas ,proponen iniciativas, exponen los problemas de la ciudad y buscan soluciones , brindan opiniones, expresan sus  puntos de vista, sugieren modificaciones ,discuten  alternativas.

 

Estos Concejales cumplen un rol   fundamental en la comuna a la cual  pertenecen  porque tienen  a su cargo, entre otras funciones, la redacción de las ordenanzas municipales que hacen a infinidad de cuestiones de  interés público como lo son las relacionadas con el  arreglo de calles, el  ordenamiento del tránsito, la higiene de los lugares públicos, la salud ,etc.

 

Se agrupan por bloques según la fuerza política que representan y así se acomodan en sus asientos los días de sesión pero al final de la misma suelen compartir una mesa de café  , en algún bar o club cercano , porque ,claro, estos funcionarios antes que concejales son vecinos y muchos de ellos se conocen de toda la vida.

 

Este es un Consejo Deliberante ideal   o el que debe ser ,es también el Consejo Deliberante que conocí  y el que  guardo  como ejemplo , constituido por dolorenses  de  diferentes corrientes políticas  a quienes daba gusto escuchar en apasionados debates sobre cómo  resolver los problemas que se suscitaban en el quehacer diario de nuestra localidad ,aportando propuestas sobre como mejorar la calidad de vida de todos nosotros , discusiones muchas de ellas que se extendían hasta  largas  horas de la noche  y que no acababan hasta dar a luz una nueva iniciativa para la comuna.

 

Sin embargo  ,  la sensación que hoy   predomina entre los dolorenses es que ese debate de ideas ha ido cediendo terreno  a otro tipo de discusión que no contribuye al crecimiento de la ciudad, que implica un desgaste de energía  para los funcionarios que se ven envueltos en discusiones banales en vez de capitalizarse  todo  lo  bueno que cada uno de ellos pueden aportarnos.

 

A menudo somos testigos de enfrentamientos personales entre concejales de diferentes fuerzas políticas, excediéndose en  acusaciones   recíprocas  , reproches y descalificaciones que desnaturalizan la función que están desempeñando.

 

 

Se puede estar   desacuerdo en los medios , incluso en el orden de prioridades, pero debe haber  coincidencia en los fines ya que todos los caminos deben conducir a lograr lo mejor para los dolorenses ,todos deseamos tener una ciudad más confortable, con mejor servicio de salud, con mayor seguridad ,con mejores condiciones de  limpieza .

Llama la atención esta   falta de cordialidad y dificultadad para relacionarse  pues no ha sido la propia de nuestro pueblo a lo largo de su historia y  probablemente sea el reflejo del clima de hostilidad social que se respira en nuestro país en los últimos tiempos.

 

Nunca las sesiones del Concejo Deliberante   tuvieron el matiz ceremonioso de un Concilio de Prelados.

Desde la época en el que Concejal dolorense Escribano Pedro Carpy en 1890 accionaba judicialmente contra las Resoluciones del Consejo Deliberante por considerarlas arbitrarias e ilegales  hasta hoy  existen  infinidad de antecedentes en nuestros archivos de conflictos municipales entre Concejales o entre éstos y el Intendente Municipal en los cuales  incluso ha debido intervenir la justicia

 

Las discusiones entre los ediles son propias de un organismo que se integra con representantes de distintas corrientes políticas precisamente   con este propósito : debatir, deliberar, de allí su nombre ,representa el sentir  de la ciudadanía; es la vía de entrada para la expresión de necesidades, demandas y propuestas por parte de los ciudadanos dado que en él están representadas las diferentes opiniones de la comunidad.

 

Con este espíritu se constituyó el régimen municipal   al sancionarse en 1.886  La Ley  Orgánica Municipal n ª 1810  como un “esfuerzo  serio y equilibrado  para la aplicación de los principios constitucionales “ ya que establecía el sistema de división de poderes en el orden municipal  y la creación de un órgano cuya misión sería controlar  las acciones del poder ejecutivo   y sancionar ordenanzas que respondan a las necesidades e inquietudes de la comunidad.

 

Pero es preciso diferenciar las discusiones originadas   por cuestiones vinculadas a asuntos de la comuna   de los enfrentamientos personales que lejos de    aportar  beneficios   degradan la función pública e instalan una forma de relacionarnos que no es la que deseamos los dolorenses.

 

El Consejo Deliberante debe ser una usina de ideas y no un laberinto sin salida.

 

Hay tantas cosas para hacer y mejorar  en la ciudad que sería positivo  afianzar los lazos de afecto vecinal , aliarse en  los fines ,hacer y dejar hacer ,proponer  y ser atendido, proyectar y  convertir esa  idea en una nueva obra para el crecimiento y progreso  de nuestra ciudad de Dolores.

Vivimos en una democracia en donde hay que respetar el voto de la mayoría sin dejar de atender las propuestas o reclamos de la   minoría ,solo de esta manera se puede alcanzar una convivencia armoniosa y progresista.

 

María Cecilia Repetto

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 4 de septiembre de 2012

LA INMIGRACION EN DOLORES por María Cecilia Repetto



LA INMIGRACION QUE CAMBIO LA HISTORIA   4-09-2012



En el año 1949, durante la Presidencia de   Juan Domingo Perón, se declaró al 4 de septiembre como el Día del Inmigrante en recuerdo a la fecha en que el Primer  Triunvirato ,en el año 1812 , firmó una resolución en la cual  el gobierno ofrecía protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio.


Este precepto es considerado el primer antecedente de una  orientación  política  a favor de la inmigración que mantendrían los gobiernos subsiguientes y que años más tarde , en 1853,  adquiriría rango constitucional claramente expresado en el  preámbulo  en el cual se aseguran beneficios a todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino y en el artículo 25 al establecer  que   " El Gobierno Federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes".



Siguiendo esta línea los   primeros presidentes  constitucionales , Mitre , Sarmiento  y Avellaneda mantuvieron políticas a favor de la inmigración a la cual consideraron un eficaz herramienta de progreso.


Fue durante   la presidencia de Avellaneda que se construyó en Buenos Aires el Asilo de Inmigrantes (1.874) sobre la calle Corrientes  ,algo similar a lo que en 1824 había proyectado Bernardino Rivadavia quien, además de crear una Comisión de Inmigración , había destinado el antiguo convento de la Recoleta  para albergar por quince días a los recién llegados.



El año 1.880 marca el inicio de la etapa de la “Gran inmigración “.

Una serie de factores, entre  ellos,  las dificultades económicas en Europa ,los beneficios que ofrecía nuestro país , contribuyeron a que se produjera el aluvión inmigratorio .


 Gracias al principio del “ ius soli ” los hijos de cualquier extranjero fueron desde su nacimiento ciudadanos con todas los derechos y la educación gratuita, obligatoria, laica establecida por la ley 1420 contribuyó a la integración con los demás habitantes.




Producto de esas políticas, entre 1857 y 1914, la Argentina recibió la espectacular cifra de 4.600.000 inmigrantes, consiguiendo su máximo inmigratorio en 1913 (con el ingreso de 300.000 extranjeros).




Tal movimiento estuvo compuesto en su mayoría por jóvenes en edades productivas, de sexo masculino, quienes se asentaron especialmente en la zona litoral-pampeana. Procedían de diversos destinos, destacándose el contingente de italianos y españoles (éstos últimos sobre todo en las dos primeras décadas del siglo XX), pero también provenían de Francia, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Europa del Este y Asia Central.



Hubo varios países de perfil inmigratorio pero en ninguna otra parte del mundo el aluvión produjo un impacto tan intenso como en el  nuestro .



Nuestra ciudad de Dolores ,fundada en 1817, se pobló creció y se desarrolló gracias al aporte de los inmigrantes.



Los dolorenses somos una pequeña   muestra  de cómo se han amalgamado sin inconvenientes hombres y mujeres provenientes de diferentes naciones , manteniendo buenas relaciones de vecindad ,aportando cada uno las características propias de su país de origen .




Según el censo que se realizó durante la presidencia de Sarmiento nuestra ciudad contaba con 7000 habitantes de los cuales  452 eran italianos ,425 eran franceses, 232 españoles y 23 ingleses  libaneses .


La gran concentración de extranjeros en la conformación poblacional dio lugar al nacimiento de Sociedades de Socorros Mutuos como la cosmopolita    , la Unione Italiana, la Sociedad Española, Sociedad Italia, sociedad Libanesa cumpliendo  fines  sociales ,asistenciales y  culturales .




En reconocimiento a su presencia y al aporte cultural  dentro de la comunidad desde algunos  años se celebra en el mes de septiembre la Semana de las Colectividades en la cual se realizan desfiles ,actos culturales y ferias de comidas típicas.



Es una fiesta en homenaje a los inmigrantes , nuestros antepasados y una invitación a la conservación de nuestras tradiciones o, lo que es lo mismo, a la exaltación de nuestra identidad .


Es un festejo importante que tiene el brillo y colorido que sugiere la diversidad .

Se habla con frecuencia en estos días de la crisis de valores que sufre la sociedad actual   y de la necesidad urgente de recuperar los valores éticos   de nuestros antepasados que guiaron al país por un camino de progreso.


No se errada la reflexión ni la recomendación; los inmigrantes , representan para nosotros la cultura del trabajo y del esfuerzo  y un cúmulo de virtudes  expresadas hasta en los mínimos  actos de su vida cotidiana , tan diferente a los cuadros de abandono  moral que hoy se exhiben como moneda corriente  en las relaciones humanas.


Cada uno atesora en su memoria la historia familiar de sus antepasados inmigrantes.

Con diferentes matices   , todas ellas son conmovedoras y asombrosas.

Es difícil es imaginarse el dolor de los padres que despedían a sus hijos para siempre, es difícil imaginarse que jóvenes se lanzaran a un país lejano desprovistos de todo ,a lo que el destino decidiera …..


En homenaje a ellos y en el marco de esta Semana de las Colectividades que llenan de colorido y alegría a nuestra ciudad resulta oportuno reflexionar   en la necesidad de recuperar esos valores que nos han hecho sentir por  siempre  orgullosos de nuestros abuelos ,de su modestia ,de su honestidad , de su esfuerzo para que sus hijos estudiaran y progresaran por la vía del trabajo como un  ejemplo a imitar en nuestras conductas de vida .


María Cecilia Repetto

jueves, 30 de agosto de 2012

CARLOS FELIPE VANNONI


EL ABUELO CARLOS (2012)



La última vez que   vi   al abuelo Carlos   venía   del Cementerio en su bicicleta negra.

En el Panteón de la Sociedad Italia ,donde él era Presidente, estaban colocando una escalera de fierro para poder subir a los nichos  más altos y él había estado toda la tarde supervisando que se hiciera bien el trabajo.


Según la abuela el frío  le debió haber hecho mal o la máquina de cortar el pasto con la que  hacía  mucha fuerza para mantener prolijo su parque , eso nunca se sabe, la cuestión es que el abuelo cuando regresó por la tarde se quejaba de  un dolor   fuerte en el pecho que lo obligó a  irse directo a  la cama  sin tomar siquiera su café con leche de la tarde .

Esa noche, después que lo visitó el médico, lo internaron en el hospital y al cabo de dos días en terapia intensiva se murió de un infarto masivo,ese fue el diagnóstico.

La noche en que el abuelo murió papá entró al dormitorio donde mis hermanos y yo  estábamos  durmiendo  , prendió la luz y nos  dijo con voz grave: Bueno, el abuelo Carlos no resistió…se fue, se murió.

Ninguno de nosotros respondió nada ,si mal no recuerdo,  yo balbuceé algo como “Pobre abuelo”  pero nada más ,en realidad ,la noticia  nos dejó paralizados  porque era la primera muerte que vivíamos en la familia y nada menos que la  del  abuelo Carlos ,nuestro predilecto.

Al rato llegó mamá, venía llorando desconsoladamente y papá trataba de calmarla , nunca la había sentido llorar a mamá con tanto sentimiento , por lo que me dio mucha impresión.

Lo mismo ocurrió  el domingo siguiente cuando estábamos almorzando fideos que había amasado papá , mamá se tapó con la servilleta la cara y comenzó a llorar,sentí mucha pena.

Es feo ver llorar así a  la madre , uno nunca lo olvida


Después del entierro nos fuimos todos a la casa del abuelo, en adelante le diremos la casa de la abuela  ; los grandes se sentaron en el comedor diario mientras que juntos con mis primos  ,los chicos , nos fuimos a la vereda a escuchar música con la radio del peugeot de mi tío.

En eso salió mi tío Carlos  y nos retó, por favor guarden respeto y apaguen la música, nos dijo , no entendí en ese momento,ahora sí , porque era falta de respeto poner la radio .

Los días que siguieron a la muerte del abuelo cambiaron un poco mi vida porque la abuela no quería quedarse sola en la casa y a mamá no se le pasaba por la cabeza invitarla a que ella viviera con nosotros.

La solución fue enviarle un nieto cada noche para que la acompañara ,nieto que ,por lo general, era yo por ser de las mujeres la más grande.

Menos por el quillango que era calentito , detesté aquellos   días de  luto  y acompañamiento, dormía en la cama grande en el lugar del abuelo, junto a la abuela con quien nunca tuve buenas migas.


Un día de hartazgo le dije a mamá que no iría más y  desde entonces la abuela no contó con mi presencia ,la explicación  que le dio mamá a la abuela era que no me podía obligar  y allí se terminó mi pesadilla que para entonces ya lo era.


Del abuelo me han quedado pocos pero buenos recuerdos.
Era un hombre simpático con una risa muy linda.
Cuando iba a casa debíamos insistirle para que se quede  con nosotros  un rato , pero se iba pronto porque no le gustaba molestar… hago puntos suspensivos porque yo heredé la misma tara.

Hasta un tiempo antes de morir trabajó de comisionista, viajaba de madrugada dos o tres veces por semana a Buenos Aires en el colectivo o en el tren o ,a veces lo llevaba  Chiquito Portinari  cuando iba a Buenos Aires ,siempre regresaba en el día pero ya de  noche.

Al día siguiente sus clientes retiraban las comisiones en su domicilio o él las repartía  en una bicicleta negra que luego heredó papá


Mi abuelo era italiano, hijo de inmigrantes que habían venido de Lago Di Como, sé que lo crió su abuela llamada Margarita, en cuyo recuerdo lleva mi madre su nombre,

Integró la Sociedad Italia de Socorros Mutuos donde ocupó el cargo de Presidente.

Hace un tiempo su recuerdo me llevó hasta el Panteón que   guarda sus restos y los de la  abuela  también .

Me encontré con la famosa escalera que el abuelo había mandado hacer, la toque, era sólida y pesada, como hacían todo los italianos de antes, para que dure una eternidad.

En cuanto al panteón donde estan los restos de mis abuelos maternos me causó estupor ver el estado de deterioro.

Las columnas resquebrajadas parecían estar a punto de desmoronarse y ni que hablar del estado de abandono de las paredes y el piso, allí nadie se había ocupado de mantenerlo.


Preocupada por ese “no se qué “ que me dio ver donde estaban los restos de mis abuelos comencé a indagar sobre la Sociedad Italia y su Comisión Directiva.
Me dijeron que su presidente era Libonatti, pero debido a su edad y problemas de salud ya no podía ocuparse de los asuntos de la Sociedad Italiana .

Comentando con otros asociados comencé a interiorizarme más y advertí que la preocupación por el estado del Panteón era  no solo mía sino de varios que tenían sus familiares allí  sepultados .

El resultado fue que un día nos juntamos para tratar el asunto y ver que se podía hacer para restaurar el panteón de la Sociedad Italia.

Nuestro deseo es que pueda concretarse esta obra y que los familiares de los nichos más altos se suban tranquilos por la escalera   que hizo mi abuelo, aquel abuelo bueno que vi  por  ultima vez cuando volvía del cementerio de controlar que la colocaran.

Quien sabe   , tal vez el abuelo Carlos  la utilizó unos días después para ascender  al cielo.

María Cecilia Repetto



El día 5 de junio de 2012 se cumplieron 36 años de su muerte.





miércoles, 22 de agosto de 2012

DISTINCIONES MUNICIPALES EN DOLORES .María Cecilia Repetto


 

 

DOLORES   VIEJO

 

Un comentario frecuente entre los dolorenses   suele estar referido al crecimiento   que ha tenido la ciudad en las últimas décadas.

 

La apreciación tiene que ver esencialmente con la forma en que se ha extendido su planta urbana, con la mayor cantidad de viviendas como consecuencia del aumento  poblacional y con el desarrollo de algunos barrios que en la actualidad cuentan con iluminación, pavimento, servicios cloacales y agua corriente lo cual ha contribuido a mejorar la calidad de vida de sus vecinos.

 

Hoy en día puede decirse que, a pesar de ser numerosas las asignaturas pendientes, en estos casi dos siglos de vida nuestra ciudad ha transitado por un camino   de progreso.    

Al mismo tiempo y como consecuencia  de este crecimiento también se ha producido un cambio en la fisonomía de la ciudad y , en  parte ,en los estilos de vida de la gente   pues   aquel Dolores de antaño ,señorial  , parsimonioso , aquella imagen que muchos recordamos de un   pueblo  sereno y  tradicional  se ha ido desdibujando para adoptar  otro perfil  de ciudad  más  dinámica ,más moderna pero  al mismo tiempo más impersonal.

 

Si lo de ahora  es mejor o peor no  es  mi intención analizarlo aquí  ,solo digo que todo crecimiento provoca cambios  y en el caso de nuestra ciudad  , uno de ellos ,tal vez ,haya sido  la  pérdida de la serenidad y confianza  que reinaba  entre los vecinos cuando ésta era  una ciudad más joven y pequeña.

 

Muchas veces escucho decir que “hay un   Dolores de hoy y un Dolores de antes” .

 

En mi opinión, a pesar de los cambios que se registran  , su esencia permanece y se advierte en  los estilos sencillos de vida y  las pautas de conducta y de   trabajo que muchos dolorenses  han  conservado como  herencia y ejemplo   de sus antepasados .

 

En sintonía con ello   , durante todo el año  pasado,   el Intendente Municipal Dr. Camilo Etchevarren, a través de una iniciativa de los historiadores Angel Fortíni y Juan Carlos Pirali, realizó distinciones    a comerciantes, artesanos y profesionales de Dolores en mérito a su larga trayectoria en esta comunidad .

 

Como corolario de aquellos homenajes ,el pasado miércoles 18 de abril ,  la Municipalidad reunió en un acto a todos los homenajeados y  les hizo entrega de un libro que testimonia cada una de las  distinciones  y al mismo tiempo describe  las historias de vida y de trabajo de muchas familias dolorenses


Concurrí al acto por haber sido el estudio jurídico de mi familia uno de los homenajeados y debo decir que además de la emoción que en lo personal me produjo este reconocimiento al hacer una mirada entre los asistentes me vino al recuerdo aquel Dolores de antes, el de mi infancia, aquel pueblo con pocas cosas  pero con muchos valores .

 

Allí  estábamos iluminados por las arañas de cristal  que enseñorean el Salón Blanco Municipal  los representantes de una época en que Dolores era una pequeña ciudad en donde todos se conocían , una ciudad poblada por  inmigrantes y sus  descendientes que aprendieron de ellos la cultura del trabajo y del esfuerzo; la nostalgia fue inevitable.

 

 

Me pareció de fina sensibilidad  el gesto de homenajear a quienes han dejado como testimonio de vida su perseverancia en el trabajo , sobre todo en estas épocas donde la fugacidad, la ausencia del esfuerzo, la ganancia fácil es la imagen que predomina o se pone de ejemplo cuando se quiere simbolizar el éxito.

 

 

 

En medio de los aplausos me acordé de esa canción de Mercedes Sosa   que comenzaba   diciendo:

 

Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo... 

Y yo agregaría para finalizar  :

 

...También ha cambiado nuestra ciudad a lo largo de los tiempos aunque  permanecen  en sus calles   los recuerdos de aquel  Dolores Viejo.

 

María Cecilia Repetto

 

 

viernes, 4 de mayo de 2012


 

 

EL PANTEON DE LA SOCIEDAD ITALIA

ENTRE EL OLVIDO Y LA MEMORIA

 

Caminando  hacia el   final del cementerio local  ,  en dirección al  sur , uno  se encuentra con  el Panteón de la Sociedad Italia o ,mejor dicho,  con lo que  todavía queda de él.

 

En este  panteón  ,construido  en el año 1900   ,descansan  los restos de muchos de nuestros antepasados de nacionalidad  italiana  que llegaron a  Dolores como consecuencia de las corrientes inmigratorias  que poblaron el país a principios del siglo XIX , constituyendo con su aporte cultural y su férrea vocación por el trabajo un factor determinante de nuestro crecimiento .

 

El edificio, pese a su   estado  , casi en ruinas, deja entrever los detalles propios de un  estilo   elegante y sobrio , reminiscencias del  refinamiento  italiano.

 

Se ve que  quienes lo  proyectaron  quisieron construir  algo más que una sepultura  , es evidente que  su ambición fue erigir  un mausoleo que perpetuara la memoria de la colectividad  italiana en Dolores

 

Precisamente la Sociedad Italia de Socorros Mutuos fue una expresión del espíritu  solidario y emprendedor que tanto impulso le dio a nuestra ciudad en su primer siglo de vida .

 

Esta asociación se constituyó en el año 1894 con el fin de cumplir objetivos de índole social  y asistencial  , prestando  en sus primeros tiempos , servicios de  atención médica ,odontológica y de oftalmología para sus asociados

 

Eran épocas en que  la gente se unía con el fin de  responder a las necesidades de su comunidad sin  esperar que el Estado redentor les solucionara sus problemas .

 

Aquella generación de hombres hacían las cosas  por su cuenta, con su esfuerzo y sin subsidios.

 

Así fue  también que progresó la   Argentina , con la tenacidad en el trabajo que se concretaba en  obras que han quedado como testimonio de una generación de   hacedores cuya mayor riqueza fue  la  dignidad aplicada en todos los actos de su vida.

 

 

Por esta razón, entre otras vinculadas al respeto a la memoria de nuestros    antepasados , este panteón debería  ser considerado un edificio histórico y, como tal , protegido y preservado antes que un probable desmoronamiento convierta en escombros un testimonio importante  de nuestra propia historia.

 

 

Hace algunos  días estuve allí y grande fue mi  desazón al  ver el estado de abandono  del edificio;  conversando al respecto con quienes tienen familiares en este panteón me expresaron el mismo sentimiento y el  temor que les genera  acercarse al lugar por el estado de las   columnas .

Actualmente   , como medida de prevención , las autoridades del cementerio  han colocado una valla  para evitar que la gente se acerque pero evidentemente la solución debe procurarse por otra vía ,es decir,   por la vía de la restauración del edificio.

 

 

Sería importante por este motivo que se realizara una convocatoria a los asociados o quienes tienes familiares en el panteón como punto de partida en la búsqueda de soluciones.

 

La restauración del Panteón  no es una empresa  imposible  de  concretar , solo se necesita el impulso  de quienes integran esta entidad  para iniciar un plan de reformas necesarias.

 

Estoy segura que una vez emprendida la obra contarían con el apoyo de la Municipalidad   , del Colegio de Arquitectos y de toda  la comunidad de Dolores .

 

Leo hoy en el diario que la viuda del escritor portugués José   Saramago encontró  un borrador con una frase escrita  por su marido que decía : “No dejemos que nuestros  muertos  mueran” .

 

Este panteón no solo ha  sido durante más de uno siglo  el espacio de descanso de numerosos dolorenses  sino que además  forma parte de la historia de la ciudad.

 

Me pareció que plantear a través de este medio la situación del Panteón de la Sociedad Italia  es una forma también de  “ No dejar que nuestros muertos  mueran .”

 

 

 

María Cecilia Repetto

 

 

 

 

lunes, 30 de abril de 2012

PANCHO SIERRA por María Cecilia Repetto



PANCHO SIERRA   ¿ESTAS   AHÍ?


En una habitación del fondo de la casa de la abuela  colgaba   de un clavo, tal cual lo  había puesto  mi abuelo paterno  a quien no conocí, una foto desteñida de  un viejo de  barba blanca y mirada profunda que, según decían , tenía poderes sobrenaturales.


Cierta vez   , cuando era chica , pregunté:


      -Abuela ¿Quién es ese hombre? y   ella me  respondió:


Es Pancho Sierra, hija.


Solo eso me dijo la abuela en aquel momento y yo no pregunté nada más.


La gente de antes era así, no era costumbre darles explicaciones a los chicos, ni éstos preguntar demasiado a los grandes, al fin y al cabo para eso uno contaba con el preciado don de la fantasía.


A su tiempo llegaría  la claridad necesaria, el conocimiento , despejando  las dudas si   subsistía  la curiosidad por algún episodio que nos había interesado , de lo contrario, dormiría la anécdota en el olvido  como una fugaz inquietud de las  tantas que se  plantean  a lo largo de  la niñez.


La casa de la abuela era   grande y larga; la típica casa chorizo de principios del siglo XX.


Tenía varias habitaciones en desuso que   ella nombraba por la función que habían cumplido en los primeros tiempos de la   familia, es decir, cuando estaban todos , antes del éxodo que dejó la casa vacía de ocupantes y cargada de recuerdos.


La habitación   del fondo  la conocíamos    como   ” La pieza de los expedientes” y  estaba separada de la vivienda principal.


Para acceder a ella   había que pasar al “segundo patio” donde estaba el limonero, eternamente apestado, los almácigos de Marta, la higuera donde habíamos enterrado el tero y el tanque de agua llovida donde una vez se cayó Pancho.

Por los detalles de su arquitectura, que me recordaban la casa de Tucumán   , supongo  que su construcción era más antigua  que el  resto de la  casa.


Dentro de esta habitación  había  una estantería de madera en la cual se archivaban muchas  carpetas  de  asuntos viejos  del estudio ,  una   mesa destartalada donde ,según contaba  la abuela , papá había estudiado toda la carrera de abogacía, en un rincón, un violonchelo  sin cuerdas que había pertenecido a un tío de papá, un  fuentón de aluminio   y por supuesto , sobre la pared  mirando  al frente   la misteriosa foto de Don Pancho Sierra.


Un día, cuando era más grande, alguien me explicó que la imagen había sido puesta en la parte más extrema de la casa porque teniendo el santo   desde allí una vista panorámica podía  amparar  a todos integrantes de la familia.


(Pancho Sierra, por los datos que he podido extraer de su biografía, nació en Salto en la provincia de Buenos Aires en el año 1831, era hijo de hacendados y estudió en la Universidad de Buenos Aires hasta el cuarto año la carrera de medicina.

Su actividad como sanador comenzó a ejercerla a partir de la muerte del único amor de su vida, Nemesia, hecho que lo sumió en una profunda depresión.


Para curar realizaba un ritual con agua fría extraída del pozo principal de su campo. Por eso se lo conoce como el “doctor del agua fría o   El resero del infinito”.

Su fama, que en principio era local, con el tiempo se popularizó, venían a verlo hasta su estancia personas de toda la provincia buscando su bendición y ayuda para resolver problemas, aún después de su muerte continuó siendo invocado por sus creyentes).


Cada tanto un impulso   me lleva a la casa de la abuela aunque no se bien qué es lo que  busco.


La misma pregunta se debe formular quienes retornan de visita a su pueblo natal o se detienen a observar la vieja casa paterna o el barrio de la infancia.


Hoy estuve allí en nostálgica recorrida.

En la habitación del fondo cada vez más abatida por el paso insondable del tiempo   restos de expedientes que se deshacen en la mano al levantarlos del suelo dan prueba de firmeza o de lealtad, no sé como describirlo.

Entre ellos , supongo , porque se ha caído  , estará  la imagen  obstinada de  Pancho Sierra ,  resistiendo  al derrumbe  y cumpliendo por más tiempo que el requerido su promesa fiel de proteger a los moradores .


Aquí a solas me encuentro en la habitación del fondo, en la cual mi abuelo, a quien no conocí por asuntos que no vienen al caso, había colocado la foto de un gaucho sanador.


En ausencia de todos siento el deseo de rebobinar el tiempo, si pudiera volver a verlos….aunque sea un rato…


Entonces , un pensamiento irracional me invade   :


- Tal vez el  santo !!! , me digo y rompo el silencio para   invocarlo:
-Pancho Sierra, ¿estas ahí?

Silencio   absoluto.


El santo no me ha respondido.


Pancho Sierra, ya no estás ahí, o quizá si, pero de otra manera, quizá estés por siempre en mi corazón y en el recuerdo de esa pared de barro donde posó alguna vez tu foto que me remontan a mi infancia cuando te vi   por primera vez.





María Cecilia Repetto