lunes, 4 de mayo de 2015

CENTENARIO GENOCIDIO ARMENIO


CIEN AÑOS DEL GENOCIDIO ARMENIO                  

 Hace algunos años el escritor turco  Orhan Pamuk , premio Nobel de Literatura en el año 2005, debió abandonar su país de origen tras haber repudiado públicamente el genocidio armenio ocurrido  durante el transcurso de la primera Guerra Mundial . Todo ello por contradecir  las imposiciones de su país en donde rige  una ley que obliga a negarlo.

No es el única   persona  , por lo visto , que ha tenido   inconvenientes por hacer un juicio de valor sobre  uno de los episodios más encomiosos  de la historia contemporánea como fue la matanza de un millón y medio de armenios.

Recientemente  el  gobierno turco  ha expresado su disgusto  con el Papa Francisco I luego de que éste calificara   al genocidio armenio  como una horrible masacre  en una  misa realizada  en la Basílica de San Pedro al recordar a las víctimas de estos crímenes .

Es de imaginar que   la expresión “genocidio”  utilizada por el papa no fue antojadiza ni producto de un desliz. Fue una decisión  suya , a sabiendas  de las reacciones  que  provocaría, pero  en el contexto de un mensaje en el cual quedó clara su concepción de  que  solo por el camino de la verdad  y llamando a las cosas por su nombre es posible cerrar las heridas del pasado y llegar a la reconciliación entre los pueblos enfrentados .

El problema  es que Turquía  si bien no niega los hechos   , no acepta  la calificación de “genocidio”  porque considera que lo ocurrido entre 1.915   y 1917 se produjo en el marco de una guerra civil y en una cifra de víctimas  menor a la que  se denuncia. De hecho afirman en su defensa que muchos turcos musulmanes también murieron como consecuencia de los enfrentamientos.

De allí su ofensa con el Papa y el  contraataque  acusando a   Argentina ,su país de origen , de no estar limpia de consciencia por haber recibido con brazos abiertos a los principales ejecutores del Holocausto judío,los torturadores nazi.

 De allí también su  malestar  contra el Parlamento Europeo por haber aprobado una resolución instando a Turquía a reconocer de una vez lo sucedido.

El artículo número dos de la Convención sobre Genocidio de 1948, de la Organización de Naciones Unidas, describe genocidio como las acciones llevadas a cabo con la intención de "destruir, total o parcialmente, una nación, una etnia, raza o grupo religioso".

Raphael Lemkin, un abogado polaco-judío que coincide con el término genocidio para este caso, señala que las atrocidades contra los armenios son comparables con las masacres realizadas por los nazis contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

El "negacionismo" de Turquía  no solo hiere a sus víctimas sino que también enturbia la imagen de este país ante el mundo entero y entiendo que la voluntad del papa ha sido extender su mano para remover los obstáculos que impiden la reconciliación.

El pasado  24 de abril se cumplieron  cien años desde la fecha del comienzo de la atroz persecución y matanza de armenios perpetrados entre 1915 y 1923 por los Turcos Otomanos .

Ese día en Estambul el gobierno arrestó y posteriormente ejecutó cerca de 50 intelectuales y líderes comunitarios armenios por considerarlos sospechosos de albergar sentimientos nacionales hostiles al gobierno .Dos días después una ley autorizó las deportaciones "por razones de seguridad interior".

La población armenia de Anatolia y Cicilia se vio forzada al exilio. Un gran número fueron abatidos en el camino o en campamentos. Según Armenia, entre 1915 y 1917 murieron por ese motivo más de 1,5 millones de personas.

Desde entonces el pueblo armenio ha iniciado un largo peregrinar  reclamado justicia  por sus víctimas y el reconocimiento internacional de que lo ocurrido fue un” genocidio” cometido contra su  pueblo.

En estos últimos años el gobierno turco había demostrado una actitud más abierta a la reconciliación al punto que el presidente turco Recep Erdogan fue el primer alto funcionario de su país que ofreció sus  condolencias a los descendientes de los armenios  y sostuvo que debería conformarse una comisión de expertos independientes que, luego de analizar lo realmente sucedido, se pronuncie acerca de sus alcances.

No obstante, la actitud adoptada al conmemorarse el centenario del genocidio Armenio da muestras de una conducta  hostil que afecta no solo a los familiares de las víctimas  sino también al mundo entero  para poder cerrar sus heridas del pasado y encaminarse hacia un futuro de superación de sus errores. Ojalá que pronto la suma de buenas voluntades puedan conseguir tan nobles  objetivos.

 

María Cecilia Repetto