PATRIMONIO DOLORENSE
Muchos años han transcurrido desde la fundación de nuestra ciudad.
No tantos, es verdad, comparados con la antigüedad de muchos pueblos europeos o asiáticos pero demasiados a la luz de todo lo vivido desde que el capitán Ramón Lara delimitó , a principios del siglo XIX ,el perímetro donde luego se erigiría el pueblo de Dolores .
Sí, casi dos siglos han pasado desde la época en que éramos unas pocas y precarias casas de barro y paja que cortaban el paisaje desértico de las pampas, de tiempos en que la principal preocupación de los pobladores era protegerse de las tropelías de los indios que amenazan constantemente en la zona.
Una ciudad que con el paso de los años se fue poblando con familias que se instalaban aquí sin otra promesa que el de una vida modesta y un transcurrir sin sobresaltos.
Así nació Dolores, tímida y pujante, fortalecida después del incendio de 1821 que la vacunó contra la adversidad.
Una ciudad que años más tarde abrió sus brazos, generosa, para recibir a hombres y mujeres de distintas nacionalidades que se instalaron en nuestro pueblo con ansias de trabajar y progresar.
En su centenario la ciudad se exhibía esbelta, sobria , adelantada, con un estilo señorial acorde con una población que vislumbraba notables inclinaciones culturales.
Una ciudad cabecera de uno de los más antiguos Departamentos Judiciales y a la cual venían a educarse jóvenes de poblaciones vecinos que deseaban formarse con los buenos maestros y profesores de Dolores.
Toda ciudad es un ser histórico.
Pese al devenir del tiempo la historia de lo vivido queda impregnada en las costumbres de su gente ;
queda marcada en sus barrios , en sus
edificios , monumentos , casas y plazas
que forman en su conjunto el patrimonio histórico de la ciudad .
Cuidarlo o es un deber conjunto de las autoridades y de sus habitantes
.
La preservación del patrimonio histórico no debe entenderse como un obstáculo para el crecimiento del pueblo pues ambas cosas pueden convivir armoniosamente , solo se trata de conservar las edificaciones tradicionales para evitar la eliminación de las huellas de las generaciones que nos precedieron sin afectar la línea del progreso.
Todos los países tienen una legislación específica tendiente a la protección del patrimonio cultural de sus pueblos.
Además de ello las comunas han encontrado la forma de solventar los gastos de mantenimiento a través de los ingresos que derivan del fomento del turismo.
Sin embargo , en más de una oportunidad se ha cuestionado el escaso compromiso que demostramos los dolorenses en la preservación de nuestro patrimonio cultural.
Sería importante reflexionar acerca de si se están realizando las acciones adecuadas para la conservación del paisaje urbano.
Basta hacer un recorrido por la ciudad para advertir la enorme cantidad de casas antiguas con una arquitectura bellísima pero que se ven deslucidas ante la falta de mantenimiento.
Una buena medida arbitrar los medios para que los propietarios de casas con fachadas típicas conserven sus frentes en buen estado, prohibiendo demoliciones o realizando reformas que alteren su estilo.
Muchos edificios por cuestión de costos han tenido dificultad para adaptarse al paso
del tiempo, presentando serios signos de deterioro
Para evitarlo
Por otro lado, es lamentable observar el estado de abandono de algunos frentes de edificios ubicados en zona más céntrica de Dolores que menoscaban la imagen urbanística en abierta indiferencia al lugar donde se vive y a la comunidad que los cobija.
Con nuestros casi doscientos años de historia sería interesante realizar un inventario y registro de los bienes culturales de nuestro pueblo y encarar con una legislación específica las tareas para la preservación de edificios históricos.
La ciudad se vería mucho mas linda si se realzara la belleza de sus edificios y casas tradicionales e incluso se podría proyectar un barrio antiguo destinado al fomento del turismo como tienen otras localidades o como un lugar para el disfrute de los dolorenses.
Sería ,en suma , una buena idea prepararnos
para el bicentenario con un programa
orientado a la recuperación de nuestro patrimonio histórico a través de obras que consistan en
realzar el estilo arquitectónico
y colonial de edificios que han marcado
una época en la historia de nuestro pueblo.
María
Cecilia Repetto
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