LA POLITICA A MERCED DEL HUMOR SOCIAL
Desde que el sistema de encuestas se impuso como herramienta para medir el humor social la clase política en general ha debido
colocarse a su merced y brindar atención preferencial a los papeles del encuestador.
Otrora no era así, estoy
hablando del siglo pasado, que no hace tanto.
La gente estaba ajena a ciertos datos de su entorno, no conocía, por
ejemplo ,la opinión de sus vecinos
sobre asuntos que le afectaban a todos, desconocía las preocupaciones, las inquietudes
y los temores que afectaban a la gente.
Lo mismo sucedía a los gobiernos que actuaban con independencia del parecer de sus
representados pues a menos que la
reprobación de sus políticas se
hicieran escuchar a través de medidas de protesta ,huelgas ,paros o piquetes , no tenía la
ciudadanía un espacio influyente para expresar sus reclamos y apreciaciones.
La tecnología habilitó una nueva forma de estar conectado con el mundo y con ella se produjo el auge de las encuestas las que a
través de estudios y mediciones elaboradas por expertos en la materia
pusieron al alcance de quien quisiera
oírlos datos precisos de la realidad.
Como consecuencia de ello adquirió
valor la opinión pública para definir una tendencia y expresar una postura sobre asuntos de interés general.
Desde este punto de vista se puede afirmar que las encuestas han constituido un elemento beneficioso en los países democráticos al permitirle a los
ciudadanos participar de una manera activa en las políticas del gobierno ya sea acompañando o señalando
sus discrepancias con el rumbo seguido por sus representantes.
El primero en darse cuenta de su importancia fue John F. Kennedy,
Presidente de Estados Unidos entre 1961 y 1963 .Siendo candidato fue muy sagaz al comprender la necesidad de
estudiar las opiniones y actitudes del público en general para definir los puntos fuertes y débiles que le
atribuía la gente, así como para evaluar tanto a sus oponentes como los temas
de actualidad y para ayudarle a perfilar la planificación de su campaña.
Desde entonces y hasta hoy ,en todas partes del
mundo , en los periodos electivo el rol
de los consultores cumple
singular importancia para anticipar el nivel de aceptación o rechazo
que tengan las propuestas de los candidatos según cómo respondan a los asuntos que preocupan a
la sociedad .
Después de ganar las elecciones en octubre del año pasado el gobierno
de Mauricio Macri sintió alivio al imaginar
que el acompañamiento social le permitiría avanzar en sus políticas con
mayor rapidez y efectividad.
No obstante ello, no es novedad para nadie que el humor social es muy
cambiante , de repente un hecho inesperado
de esos que nunca se sabe por dónde salen,
pueden barrer de un plumazo las glorias
conseguidas por más esfuerzo que se haya puesto en conseguirlas y a partir de allí el acompañamiento tan
bendecido declina en forma inmediata .
Así fue lo que ocurrió a
principios de año con las repercusiones del episodio que involucró al Ministro de Trabajo
Jorge Triaca denunciado por cuestiones donde más debía demostrar ejemplaridad ,pues resulta inadmisible que a un ministro
de trabajo se le reproche por tener
empleados en forma irregular o que acomode
a personas de su entorno en puestos de trabajo .
La caída en la imagen del gobierno en las encuestas se hizo sentir por este episodio grosero y por
un contexto económico poco favorable en donde el aumento de tarifas, la
imparable inflación y los conflictos sindicales
han contribuido a agrandar la
cuota de insatisfacción social.
Para contrarrestarlo y con un oído atento a las murmuraciones el gobierno
anunció algunas medidas , una
de ellas vinculada a la prohibición de los
familiares para ocupar cargos públicos,
otra relacionada con recortes en el gasto público y también promesas de
recuperación económica para el primer semestre de este año que es de esperar tengan un resultado
favorable para la gente.
Nadie puede estar en contra de los beneficios de la participación
ciudadana en la vida política de los pueblos. No obstante , cuando alguien consume
demasiada energía en el cuidado de su imagen además
de esfumar su identidad corre el peligro de convertirse en un prisionero
de ella y perder su orientación.
Es esta la impresión muchas veces
produce el gobierno de Mauricio Macri cuando
adopta medidas de urgencia destinadas a aplacar
los ánimos de la gente y que si
bien pueden ser recibidas como un buen gesto
hacia la población, si la respuesta no tienen la profundidad necesaria
para atacar el problema de fondo terminan sin
tener utilidad.
La reforma del Estado
es una condición indispensable para terminar con el déficit fiscal crónico, la corrupción y el endeudamiento,
y avanzar en su reemplazo por
andariveles afirmados en la transparencia pública, la inversión
privada, la creación de empleo productivo y el crecimiento económico.
María Cecilia Repetto
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