SE FUE POR LA PUERTA GRANDE
Pocas veces en nuestra historia
los argentinos hemos presenciado la despedida a un hombre público tan multitudinaria y conmovedora como la que
recibió el Doctor Raúl Alfonsín.
El acompañamiento de políticos y funcionarios de diferentes partidos en sus exequias
han constituido frente al dolor
que implica la muerte de un ser tan respetado y querido un gesto
de civilidad que reconforta e
invita a la reflexión de todos los
argentinos.
La repercusión popular que ha
tenido la noticia de su muerte ha sido
un fenómeno colectivo que tiene su razón de ser en el hecho de que el Doctor
Alfonsín fue a la largo de toda su carrera política un ejemplo de virtudes y cualidad democráticas
que hoy la ciudadanía le reclama a sus dirigentes.
Es verdad que su imagen está asociada al período de recuperación democrática, pero por encima de ello lo que más se valora en él es su
trayectoria ejemplar y el haber sido
fiel a sus convicciones republicanas más allá de que ellas le valieran
derrotas electorales.
Tuve el honor de conocer a
través de mi padre al Doctor Alfonsín en una de sus visitas a esta ciudad de
Dolores.
Fue en oportunidad que se encontraba
realizando su campaña para las elecciones presidenciales en el año 1.983
y allí tuve el honor de compartir su
mesa en un agasajo que se le realizó en el Club Defensa.
La imagen de humildad y simpatía
que me quedó grabada de aquel encuentro no la he modificado pese a los años que
han transcurrido.
Recuerdo que lejos de hablar de
sí mismo , el Dr. Alfonsín me preguntaba interesándose por mis estudios y mi
futuro dándome una importancia que yo no tenía pero que sin dudas eran una demostración
de gentileza y generosidad para conmigo.
Esa misma imagen de buena persona que se antepone ante todas sus otras
virtudes hace comprensible este fenómeno colectivo que se ha producido con su
deceso en donde hombres y mujeres de diferentes banderías políticas se
sintieron hermanados ante el dolor que provocó su partida.
El Doctor Alfonsín fue uno de los grandes dirigentes del más antiguo partido político de la
Argentina. Fue un hombre que honró la
vida, dejándonos un ejemplo de honradez
y de una concepción ética que
ejercitó hasta en los mínimos detalles
en toda su actuación pública.
Su nombre quedará por siempre asociado al de otros próceres del radicalismo como Hipólito Irigoyen ,
Marcelo T. de Alvear, Ricardo Balbín quienes como con un mismo denominador común han sido un
ejemplo de virtudes republicanas y de
condiciones humanas.
Quienes pertenecemos a la generación
a quienes el Doctor Alfonsín hizo vibrar en su campaña electoral en el
año 1983 cuando recitaba con pasión el preámbulo de nuestra Constitución
Nacional , sentimos hoy un enorme agradecimiento hacia este líder que se ha ido por la puerta
grande por su constante lucha por la libertad y por su
participación en la recuperación de la normalidad democrática.
Al mismo tiempo pienso que su ejemplo
debe hacernos reflexionar sobre el compromiso que tenemos que asumir los argentinos por defender
la unión nacional , la vigencia de las instituciones y el respeto a
los valores de la democracia.
María
Cecilia Repetto
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