DOLORES Y LA
DESIGUALDAD EDUCATIVA
Aquí nomás en Dolores , como en
toda la provincia de Buenos Aires y en el resto del país, hay dos clases de chicos, los que han comenzado su ciclo lectivo
normalmente y los que no porque
concurren a la escuela pública y se encuentran afectados por el conflicto
docente. Estos últimos, cabe destacar, constituyen la mayoría.
También hay dos grupos de padres,
los aliviados y los afligidos, éstos últimos como es de imaginar, está
constituido por padres que envían a sus hijos a una escuela pública y están preocupados por su inestabilidad
educativa.
El afligido anhela la suerte del aliviado “tenés suerte
que tu hijo tiene clases” suele decirle “el mío hoy no y según dicen la semana
que viene tampoco porque los docentes han anunciado que habrá mas días de paro….”
Me adelanto a decir que las diferencias o mejor dicho las consecuencias se notarán más adelante, en el nivel académico
del alumno al cursar una carrera universitaria,
también en las oportunidades laborales, siempre, siempre quien haya recibido mejor educación será el más
aventajado.
He escuchado a infinidad de chicos de nuestra ciudad
lamentarse al realizar el curso de ingreso a la universidad de su bajo nivel educativo y de la diferencia que ellos
mismos advierten con otros compañeros de clases provenientes de escuelas
privadas.
El consuelo que muchos padres suelen darles es que con
esfuerzo en un par de años pueden nivelarse con respecto a aquellos pero la verdad es que la diferencia en su
formación integral, en sus bases va a existir siempre y será una carencia
difícilmente de subsanar como la de un niño que no recibe la alimentación
apropiada en sus primeros años de vida.
Si hubo un motivo que prevaleció para que se sancionara
la ley 1420 en nuestro país que estableció la escuela pública, obligatoria y
gratuita fue precisamente garantizar la igualdad educativa para todos los
ciudadanos argentinos.
Fue esta ley la herramienta más brillante que pudo aplicarse
para sacarnos del atraso y encaminarnos hacia las rutas del progreso.
Que puede decirse, además de lamentarnos, de la situación
en la que hoy nos encontramos con miles
de chicos sin clases por conflictos que debieron tratarse y resolverse antes
que comenzara el ciclo lectivo; que a mi juicio el problema es que no se
entiende a la educación como un deber
primordial del Estado.
Lo que se está viviendo hoy en las escuelas públicas de
la provincia de Buenos Aires es de suma
gravedad porque el conflicto salarial de los docentes repercute directamente
en la matriz del Estado cuyo fin
principal es garantizar los derechos esenciales
de sus ciudadanos como es el derecho a educarse.
Pero además lo que se observa aquí mismo en nuestra ciudad,
reflejo de lo que sucede en otros puntos de nuestro país, es que se están creando
dos clases de ciudadanos, los mejor educados y los peor educados.
La discontinuidad de las clases no solo afecta en el
aprendizaje al reducir los días lectivos sino que también debilita los hábitos
de trabajo escolar y genera en numerosos
hogares problemas a los padres que trabajan y no tienen con quien dejar a sus
hijos en los días que no tienen clases .
Motivos como éste y otros vinculados directamente a la
calidad educativa son la causa por la que muchas familias, las que pueden,
algunas con gran esfuerzo envían a sus hijos a escuelas privadas para no
exponerlos a las deficiencias del sistema público.
Esta es la realidad que estamos viviendo hoy en la Argentina olvidando que es función de los gobiernos
garantizar la igualdad educativa de la cual deriva la igualdad de oportunidades;
desafiar lo contrario a través de la
postergación de las soluciones es caer
en la injusticia social ,en la ineficacia del Estado para cumplir su rol
fundamental por causas que exceden sus propios fines como ocurre cuando los
gobernantes dan prioridad a otros asuntos que son secundarios o que son
personales como es la cuestión de la conservación del poder y todo el entramado
de cuestiones que se le asocian que a
menudo se anteponen y desvelan a los
funcionarios más que cualquier otro .Al menos es la impresión que a uno le da
cuando observa las aulas vacías y un ciclo lectivo que aún no comienza con la
debida normalidad.
Si la educación es prioridad nacional como establece la
ley, las autoridades y los docentes deben
alcanzar por la vía del dialogo la solución de sus diferencias salvaguardando
el derecho de los niños de recibir una formación adecuada que les permita
desarrollarse con igualdad de
oportunidades.
María Cecilia Repetto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario