LAS AGUAS PANTANOSAS DEL NARCOTRAFICO
Los hermanos Lanatta y Schillaci pueden considerarse los protagonistas de la temporada.
Tristemente célebres después de la huida del penal donde se encontraban
alojados ,estos delincuentes condenados por el triple crimen
en General Villegas probablemente no previeron la conmoción que en el ambiente policial ,político
y judicial causaría su fallido intento de fuga .
Porque si bien este hecho no ha venido a
desenmascarar cosas que la gente
no sospechara o percibiera en su vida diaria como ha sido el aumento del
consumo de drogas sobre todo en la juventud de manera alarmante y la existencia de una red de corrupción que
facilitaba la propagación de este flagelo social ; ni la captura de los prófugos,
ni la certeza de que han regresado al lugar donde nunca debieron salir,
han devuelto la calma entre la gente ,
por el contrario , por un lado han puesto en la vidriera una realidad que la gente prefiere no ver ,ni hablar y por el otro , no
le han dejado disyuntiva ni dado
prorroga a las autoridades para comenzar a trabajar en lo que había sido su
plataforma de campaña como es la lucha contra el narcotráfico
Mientras los medios de comunicación transmitían en directo las imágenes
de todo cuanto sucedía alrededor de este caso que parecía a un guion cinematográfico me
preguntaba que nos ha pasado como sociedad para haber caído tan bajo , atrapados en una historia de enredos donde muchos de sus
personajes principales son quienes nos deben cuidar frente a los delincuentes.
Es tanta la confusión y mescolanza, si me permite el término, que ya
no se sabe quién es el ladrón y quien el policía, quienes son los buenos y
quienes son los malos porque estos días se parecen a la letra de Cambalache
donde el que no afana es un gil...
Entonces es inevitable la pregunta: ¿Qué nos ha pasado como personas y como ciudadanos
para que la corrupción se haya naturalizado como una práctica que se tolera y que hasta muchas veces se pondera?
Hasta qué punto se ha invertido nuestra escala de valores que no nos importa el enriquecimiento ilícito de
un funcionario mientras tiene poder, no
nos importa el enriquecimiento de una persona por más que sepamos que deriva de
dinero mal habido.
Me acordaba por contraste de nuestros orígenes comunes, de nuestros
abuelos inmigrantes que parecen a esta altura marcianos o seres de otro planeta,
de esos que construyeron las bases de una argentina honesta, pujante,
progresista...
Que tontos deben parecer a los dueños de la plata fácil aquellos que
iban de apoco progresando, con su trabajo, con su esfuerzo, dando prioridad a
la educación de sus hijos para que pudieran estudiar y prosperar con mejores oportunidades.
Pero de a poco en nuestro país, y seguramente en otros porque no nos
creamos que seamos los únicos en declive moral , se fue instalando una
contracultura que demolía paulatinamente todos aquellos modelos que teníamos arraigados. La Argentina se fue
vaciando de buenos ejemplos porque otros modelos más graciosos, tal vez simpáticos
y caraduras se abrieron paso para
degradarnos en realidad como país.
La fama de los nuevos ricos de
éxito fácil , la plata dulce, el elogio de la avivada, la impunidad de
la corrupción ,el total no pasa nada, la ley existe para los otros son tristes
evidencias de unas aguas peligrosas por donde empezamos a navegar y que amenaza ahora con tragarnos si no
cambiamos de ruta a tiempo .
Tenemos que salir y para eso remar bastante, a veces contra la corriente,
con distintas mareas.
Regresar a tierra firme donde todos estemos a salvo para que no siga
ahogándose victimas inocentes en las aguas engañosas de la droga.
No pienso que Macri sea Noé, el que nos salvará del diluvio, porque
cada uno debe hacer desde su ámbito de acción su propio esfuerzo para salir de
este problema que es del conjunto social .
Para ello se precisa que las barreras ideológicas sean removidas por el bien de todos, creo que hace
falta un gran acuerdo nacional para salir de las redes del narcotráfico y
encaminar a la Argentina por la senda del verdadero progreso como nos enseñaron
nuestros antecesores.
En medio de este desasosiego yo veo una luz de esperanza porque me parece
que la sociedad le ha dado un voto de confianza al nuevo gobierno para luchar contra el narcotráfico y erradicar la corrupción que ha facilitado
su dañina expansión por toda la Argentina. Esperemos que no nos defrauden.
María
Cecilia Repetto
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