EL ABUELO CARLOS (2012)
La última vez que vi al abuelo Carlos venía del Cementerio
en su bicicleta negra.
En el Panteón de la Sociedad Italia ,donde él era
Presidente, estaban colocando una escalera de fierro para poder subir a los
nichos más altos y él había estado toda
la tarde supervisando que se hiciera bien el trabajo.
Según la abuela el frío le debió haber hecho mal o la máquina de
cortar el pasto con la que hacía mucha fuerza para mantener prolijo su parque ,
eso nunca se sabe, la cuestión es que el abuelo cuando regresó por la tarde se
quejaba de un dolor fuerte en
el pecho que lo obligó a irse directo a la cama sin tomar siquiera su café con leche de la
tarde .
Esa noche, después que lo visitó el médico, lo internaron
en el hospital y al cabo de dos días en terapia intensiva se murió de un
infarto masivo,ese fue el diagnóstico.
La noche en que el abuelo murió papá entró al dormitorio
donde mis hermanos y yo estábamos durmiendo , prendió la luz y nos dijo con voz grave: Bueno, el abuelo Carlos no
resistió…se fue, se murió.
Ninguno de nosotros respondió nada ,si mal no recuerdo, yo balbuceé algo como “Pobre abuelo” pero nada más ,en realidad ,la noticia nos dejó paralizados porque era la primera muerte que vivíamos en
la familia y nada menos que la del abuelo Carlos ,nuestro predilecto.
Al rato llegó mamá, venía llorando desconsoladamente y
papá trataba de calmarla , nunca la había sentido llorar a mamá con tanto
sentimiento , por lo que me dio mucha impresión.
Lo mismo ocurrió el
domingo siguiente cuando estábamos almorzando fideos que había amasado papá ,
mamá se tapó con la servilleta la cara y comenzó a llorar,sentí mucha pena.
Es feo ver llorar así a la madre , uno nunca lo olvida
Después del entierro nos fuimos todos a la casa del
abuelo, en adelante le diremos la casa de la abuela ; los grandes se sentaron en el comedor diario
mientras que juntos con mis primos ,los
chicos , nos fuimos a la vereda a escuchar música con la radio del peugeot de
mi tío.
En eso salió mi tío Carlos y nos retó, por favor guarden respeto y
apaguen la música, nos dijo , no entendí en ese momento,ahora sí , porque era
falta de respeto poner la radio .
Los días que siguieron a la muerte del abuelo cambiaron
un poco mi vida porque la abuela no quería quedarse sola en la casa y a mamá no
se le pasaba por la cabeza invitarla a que ella viviera con nosotros.
La solución fue enviarle un nieto cada noche para que la
acompañara ,nieto que ,por lo general, era yo por ser de las mujeres la más grande.
Menos por el quillango que era calentito , detesté aquellos
días de luto y acompañamiento,
dormía en la cama grande en el lugar del abuelo, junto a la abuela con quien
nunca tuve buenas migas.
Un día de hartazgo le dije a mamá que no iría más y desde entonces la abuela no contó con mi
presencia ,la explicación que le dio mamá
a la abuela era que no me podía obligar
y allí se terminó mi pesadilla que para entonces ya lo era.
Del abuelo me han quedado pocos pero buenos recuerdos.
Era un hombre simpático con una risa muy linda.
Cuando iba a casa debíamos insistirle para que se quede con nosotros un rato , pero se iba pronto porque no le
gustaba molestar… hago puntos suspensivos porque yo heredé la misma tara.
Hasta un tiempo antes de morir trabajó de comisionista,
viajaba de madrugada dos o tres veces por semana a Buenos Aires en el colectivo
o en el tren o ,a veces lo llevaba
Chiquito Portinari cuando iba a
Buenos Aires ,siempre regresaba en el día pero ya de noche.
Al día siguiente sus clientes retiraban las comisiones en
su domicilio o él las repartía en una
bicicleta negra que luego heredó papá
Mi abuelo era italiano, hijo de inmigrantes que habían
venido de Lago Di Como, sé que lo crió su abuela llamada Margarita, en cuyo
recuerdo lleva mi madre su nombre,
Integró la Sociedad
Italia de Socorros Mutuos donde ocupó el cargo de Presidente.
Hace un tiempo su recuerdo me llevó hasta el Panteón que guarda
sus restos y los de la abuela también .
Me encontré con la famosa escalera que el abuelo había
mandado hacer, la toque, era sólida y pesada, como hacían todo los italianos de
antes, para que dure una eternidad.
En cuanto al panteón donde estan los restos de mis
abuelos maternos me causó estupor ver el estado de deterioro.
Las columnas resquebrajadas parecían estar a punto de
desmoronarse y ni que hablar del estado de abandono de las paredes y el piso,
allí nadie se había ocupado de mantenerlo.
Preocupada por ese “no se qué “ que me dio ver donde
estaban los restos de mis abuelos comencé a indagar sobre la Sociedad Italia y su Comisión
Directiva.
Me dijeron que su presidente era Libonatti, pero debido a
su edad y problemas de salud ya no podía ocuparse de los asuntos de la Sociedad
Italiana .
Comentando con otros asociados comencé a interiorizarme
más y advertí que la preocupación por el estado del Panteón era no solo mía sino de varios que tenían sus
familiares allí sepultados .
El resultado fue que un día nos juntamos para tratar el
asunto y ver que se podía hacer para restaurar el panteón de la Sociedad
Italia.
Nuestro deseo es que pueda concretarse esta obra y que
los familiares de los nichos más altos se suban tranquilos por la escalera que hizo mi abuelo, aquel abuelo bueno que vi
por ultima vez cuando volvía del cementerio de
controlar que la colocaran.
Quien sabe , tal vez el abuelo Carlos la utilizó unos días después para ascender al cielo.
María Cecilia Repetto
El día 5 de junio
de 2012 se cumplieron 36 años de su muerte.
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