EL SUSTITUTO (CUENTO)
TALLER LITERARIO. 18 DE ABRIL DE 2015
Una Ordenanza aprobada por
el Concejo Deliberante había alterado
la tranquilidad de los vecinos de Garbis , un pequeño pueblo ubicado a orillas
del Río Pilcomayo .
Según los comentarios de la calle
, entre gallos y medianoche , los ediles del partido opositor le habían dado el sí al proyecto impulsado por el Intendente municipal, Don José Morantes , a
través del cual se disponía dar daría asilo a los sobrevivientes de la Isla Gran Inagua luego de la catástrofe provocada por el Huracán
Adilia que había arrasado con todas sus viviendas y escasas pertenencias.
La Ordenanza que llevaba el número
223/ 84 se fundamentaba en razones
humanitarias, en el espíritu solidario de los Garbiseños , pero dejaba a
salvo que la ayuda estaría sujeta a una serie de pautas de convivencia y compromiso de reciprocidad en
mano de obra para el Plan de Viviendas “SOMOS GARBIS” que los jefes de familia debían asumir en compensación
por la asistencia y albergue que brindaría el municipio hasta tanto pudieran encontrar una fuente de trabajo propia.
Era el mes de enero de 1985.Todo el vecindario se
había congregado en la Estación de tren a
la espera del contingente de isleños previsto para las 19,00 horas.
La Comisión Organizadora creada ad-hoc presidida por el japonés Archipiano Li, había programado una
cálida recepción con el acompañamiento de la Banda Municipal y un agasajo con empanadas y pasteles de
membrillo preparados por las amas de casa.
A los postres vendrían las palabras
de bienvenida del Intendente Municipal ,quien aprovecharía la ocasión
para realzar su popularidad decaída tras el insistente hostigamiento del dueño del diario
local y enemigo de la infancia, Don Said
Raboso.
Era ya el atardecer cuando se
vio en el horizonte el humo que sale de la chimenea del
tren ; enseguida se escucharon las campanas de la estación ,por último , el típico ruidito
de la frenada que anunciaba el arribo .
Uno a uno fueron descendiendo los nuevos huéspedes que traían de
equipaje apenas un atadito con ropa y tal vez algún recuerdo de su tierra natal.
Pese al cansancio se mostraban alegres y muy reconfortados con la hospitalidad que se les ofrecía.
Los primeros días en el pueblo fueron de mutua adaptación pero en
términos generales podría decirse que la recepción fue positiva .Los isleños
eran trabajadores, amables, agradecidos y por sobre todas las cosas muy serviciales.
Prueba de ello fue que al
enterarse de que el hijo del intendente
padecía una extraña enfermedad no dudaron
en llamar la puerta de la casa del mandatario y ofrecerle desinteresadamente los servicios de su curandero de nombre Luis Candiales.
Roderick Morantes era un muchacho de unos veinte años, delgado al extremo,
pálido a causa del aislamiento en que vivía y con una mirada desconectada del
mundo que lo rodeaba.
Los numerosos profesionales que lo habían asistido le habían diagnosticado
depresión juvenil pero ninguno hasta
entonces había podido sacarlo a flote.
Aquel día el maestro Candiales ingresó
a la habitación del chico vestido con su habitual túnica que alguna vez había sido blanca. Solo pidió que
le bajaran la luz de la pieza y que los
dejaran a solas con su paciente.
Fueron largas horas de espera , desde
el atardecer hasta avanzada la madrugada , en las que se escucharon murmullos que parecían rezos
,llantos y hasta suspiros. Después de todo eso ,el joven Roderick abrió la
puerta de su habitación en dirección a sus padres y los abrazó con una sonrisa.
¡Se había recuperado!
La milagrosa novedad corrió como
reguero de pólvora en el pueblo y en la puerta del galpón donde se alojaba Candiales
primero discretamente, luego sin disimulo, comenzaron a hacer filas otros vecinos que requerían sus servicios de sanación.
El segundo gran milagro se produjo al poco tiempo cuando curó de su ceguera a Doña Adilia, la anciana que pedía limosna en la puerta de la
capilla y que había perdido la vista de
pequeña a causa de haberse lavado los ojos con jugo de sandía .En esta ocasión
el estupor del pueblo fue mayor.
Con el correr de los días la fama del isleño sanador se fue propagando y el pueblo comenzó a recibir un movimiento inusual de personas que venían desde lugares lejanos y
que deseaban ser bendecidos por las manos
milagrosas del Maestro Candiales.
Al observar este escenario el
Concejo Deliberante abrió los ojos y sesionó en forma especial pues consideraba
necesario coordinar las visitas con el
fin de brindar una mejor atención a los enfermos y familiares que llegaban a Garbis….
Se decidió entonces contratar un servicio de transporte en combis que
luego se amplió a ómnibus municipales con el fin de trasladar a los pacientes y
familiares .Se acondicionaron instalaciones más apropiadas para la prestación del servicio en un anexo
del Palacio Municipal que contaba con sala de espera ,
sanitarios y una sala para recibir las colaboraciones.
Frente al edificio, en la plaza
principal se autorizó la colocación de quioscos de comidas y souvenir que los artesanos del pueblo vendían de a docenas :
medallas ,velas , posters ,remeras ,gorros
y cuanto objeto se pudiera vender
con la imagen estampada de Candiales.
Candiales era un hombre sumiso que todo lo que le sugerían aceptaba. No precisaba riquezas y desdeñaba el confort.
Decía ser “tortuga” porque él era su propio hogar .Cierta vez le preguntaron sobre el origen de
sus poderes y respondió que tenía un
secreto que solo lo revelaría cuando encontrara la persona digna de su
confianza …
Como es de imaginar ,en poco tiempo la economía del pueblo había florecido en
forma notable y ello se advertía por el mayor movimiento de vehículos
por las calles polvorientas de Garbis ,por la multiplicación de comercios ,bares, servicios de hospedaje ,en fin, por los
aires de bonanza de los vecinos y
principalmente de las patronas de Garbis.
Se cumplían cinco años desde el arribo de los isleños al pueblo y se
decidió organizar un gran baile para toda la población en el Club Mitra.
La noche del tres de enero de 1990 era maravillosa .El cielo lucía todas sus estrellas y una brisa tenue refrescaba el rostro chispeante
de los más
de mil asistentes.
La música movediza incitaba al
baile y ninguna pareja se quedaba en sus sillas porque el clima era de
contagiosa alegría.
A medianoche hicieron una rueda gigante para vitorear con aplausos a Luis Candiales. Todos saltaban , reían y lo
felicitaban porque le había devuelto la
salud a muchísimos enfermos
pero además había ayudado sin pretenderlo a todos los hermanos de Garbis.
Fue tanta , tanta ,la emoción
para este pobre hombre de mirada cándida , más acostumbrado a las
penurias que a los agasajos ,indiferente ,por otro lado , a lo que había
generado a su alrededor, que su corazón no lo resistió .
En un instante toda su humanidad se desplomó al suelo , como si otro huracán ,no
aquel que arrasó con sus pertenencias
,lo hubiera señalado con el dedo para
darle un soplido final y llevarlo al
cielo.
Entonces , la música se transformó
en silencio, la alegría en desazón, el
cielo estrellado se cubrió de nubes y el
negoció ….¿Se terminó?
.- De aquí nadie se mueve hasta nuevo aviso, sentenció aquel día el
Intendente Municipal , quien rápido y sagaz como un áspid ordenó a los representantes más conspicuos del pueblo
a reunirse de inmediato en la cocina para debatir los pasos a seguir después del
imprevisto episodio que comprometía el futuro del pueblo.
Terminado el concilio , el mandatario se dirigió a los desconcertados
asistentes diciéndoles lo siguiente :
.- Señores y Señoras, hijos de Garbis:
Esta junta de vecinos reunida con motivo del incidente ocurrido con el querido amigo Luis Candiales , considera que es nuestro
deber moral proseguir su obra benefactora
como él lo hubiera deseado.
Para ello es preciso que todos en
este instante , CADA UNO de nosotros,prestemos juramento formal de guardar secreto de lo
ocurrido en este recinto. ¡Todos debemos borrar de nuestra mente lo que hemos visto !¡Luis Candiales vive ¡¡
Vive en la persona de su “SUSTITUTO”, en la persona que Él hubiera deseado prosiga
su loable misión sanadora. Esa persona
es “ Roderick Morantes”
Al escuchar su nombre al joven Roderick
,
quien a pesar de haberse curado de la depresión no había dejado de ser un agua parada,
casi se atraganta del susto ; pero la mirada inflexible de su padre y la
cara de súplica de todo el vecindario de Garbis, entendiendo que de su “sí dependía el bienestar de sus vecinos, no pudo hacer otra cosa que expresar con un cabezazo una tímida señal de asentimiento.
No había tiempo para preparativos, al día siguiente a primera hora más de trescientos cincuenta personas arribarían
a la Terminal de ómnibus recientemente inaugurada para dirigirse a la Sala de
Atención Municipal del Maestro
Candiales.
Allí con la túnica blanca de “su padre espiritual” estaba Roderick Morantes con cara de trasnochado espanto
mirando por detrás de la cortina la fila de pacientes que aguardaban esperanzados ser ungidos con sus dones curativos.
Para no despertar sospechas ,la indispensable secretaria del Intendente
, Marilandi Cortecia , verdadera autora intelectual del proyecto de traer los
isleños a Garbis (dictada al oído del intendente en una tarde de siesta
compartida) sugirió bajar la iluminación del recinto casi a la penumbra y distribuir
algunos sahumerios y música religiosa con el fin de generar un ambiente más afín a las circunstancias.
En resumidas cuentas , las primeros pasos de “Sustituto” fueron impecables
y todo continuó igual sin que nadie sospechara lo que había ocurrido.
No obstante y como bien dicen que
no hay peor cuña que la del propio palo
, Said Raboso ya no soportaba más que todo le saliera bien al corrupto de Morantes,
a ese soberbio que de chico se le
burlaba por ser malo jugando al football . No era posible que la suerte le
acompañara hasta con sus mentiras y que Dios
no lo castigue por incitar al pueblo a proseguir con tantas tropelías.
Ni la súplica de su mujer a
quien le iba muy bien con el negocito de santería , ni su amenaza de romper con
treinta años de matrimonio , pudo impedir que denunciara el engaño, primero, a
través de su medio de prensa, luego ante la Justicia.
Su editorial fechado el 8 de diciembre de 1990 en alguno de sus párrafos decía :
“Estimados vecinos de Garbis : ¿Hasta dónde ha de decaer la moral de nuestro pueblo ,los valores
que nos legaron nuestros ancestros ?¿En qué clase de hombres nos hemos convertido
a cambio de una prosperidad construida a
costa de estafar en la esperanza de
tantas personas enfermas?¿En que rincón de nuestras almas ha quedado la decencia,
la honestidad, la honorabilidad que siempre
llenó de orgullo a nuestro pueblo ?...”
Y seguía en otro párrafo : ” Sucia está nuestra alma de mentiras que nos hicieron cometer los desvergonzados
representantes de nuestro gobierno, a quienes les confiamos el progreso de
nuestra comunidad….”
Agregaba finalmente: “Incito a todos a declinar este comportamiento,
asumiendo la responsabilidad que a cada uno le corresponde.” Firmado Said
Raboso Director de “El Araguay ”
La cosa que no quedó aquí pues ,viendo que nadie adhería
a sus plegarias , preso de la furia por lo que consideraba era una
victoria del farsante de Morantes, tomó el diario en sus manos y se dirigió a
los Tribunales donde presentó su Denuncia por Ejercicio Ilegal de la
Medicina, y fraude agravado contra toda
la comunidad de Garbis, incluido el sacerdote Yrazabal Oduber y las dos monjitas filipinas Yanuary y Majzoub
Rada de la Congregación Hijas de María.
Dos semanas después cientos de cédulas de notificación citaban a
prestar declaración indagatoria a todo los habitantes de Garbis , con excepción de los menores de edad
,para el nueve de febrero de 1991 a partir de las 7,30 horas.
Pero ese día nadie concurrió por lo que el Juzgado actuante libró una segunda notificación para el mes
siguiente , esta vez bajo apercibimiento de llevarlos a declarar bajo la fuerza
pública.
Aquel día ,una circunstancia imprevista le impidió al oficial concretar
la diligencia encomendada. El Acta labrada
por el notificador con resultado negativo decía lo siguiente:
“Habiéndome presentado en el
pueblo de Garbis en la mañana del 12 de marzo de 1991 informo a S.S. que no he
podido hacer efectiva la diligencia requerida por que en el pueblo no había nadie , con excepción
del denunciante Don Said Raboso quien vestido con un túnica blanca y una
inscripción que decía “RABIOSO” estaba atado
al busto erigido en memoria del fundador
del pueblo Constantino Garbis. No
teniendo nada más que agregar. Firma:
Alexis Rada. Oficial notificador.
Algunas semanas después la investigación realizada por la policía arrojó claridad
a la causa que por desacato a la autoridad se les había iniciado a los ya imputados pobladores de Garbis.
Más de cien testigos, entre ellos pescadores y lugareños afirmaron haber visto un contingente de
personas cruzando en barcazas por
la noche el Río Pilcomayo
con destino que desconocían.
Han pasado más de dos meses desde aquellos episodios .
Said Raboso ,alias Rabioso, único poblador de Garbis , no sale de su aburrimiento:
Solo camina por las calles, solo come, solo se conversa, solo lee su
propio diario, solo transita por las calles vacías de lo que fue un pueblito alegre de provincia.
Su único contacto con el mundo se lo brinda una pequeña radio portátil
que apoya entre su oreja y la almohada en sus largas horas de siesta en completa soledad.
Esta tarde ,la noticia que ha escuchado en el informativo lo ha hecho
saltar de la cama.
- ¿Has escuchado lo mismo que yo , Said? se ha preguntado a sí mismo.
- Said , por favor , sube el
volumen para escuchar lo que no puedes creer :
-¡Último momento! Anuncia el locutor de
Radio Del Norte con una musiquita
de fondo.
- En estos instantes , los príncipes de Gales están arribando en su avión privado a la exótica
Isla Gran Inagua , reconstruida tras el feroz huracán que la devastó por
completo en el año 1984 . Su visita tiene como objetivo principal rendir homenaje al Maestro Candiales y a todos
los habitantes de la isla por su encomiable
obra benefactora en favor de la humanidad ...
María Cecilia Repetto
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