HISTORIA DE LAS TERMAS
PARQUE TERMAL EN DOLORES
Cuentan que el emperador romano Caracalla (188 dc a 217 dc) le inculcaron desde
su infancia un espíritu refinado que luego se reflejó en alguna de sus obras
monumentales.
Su padre y antecesor Septimio
Severo , lo ungió con el título de César cuando solo tenía siete
años de edad y aunque se le escapó de las manos el tema de los celos con su
hermano Geta que derivó luego en un fratricidio sería falso afirmar que esta tragedia familiar
menguó el ánimo de Caracalla en
los años que estuvo al frente del gran
imperio
Las termas públicas construidas durante su gobierno constituyen junto al coliseo romano una de las maravillas
del mundo antiguo.
El edificio inaugurado en el año 216 tenía capacidad para 1600 usuarios
.Constaba con dos partes, una externa consistente en una amplísima
columnata con jardines y palestra
gimnastica y la otra interna con un inmenso pabellón en donde funcionaba un teatro,
salas de estudio, museos, bibliotecas con profusión de ricos mármoles, granitos,
mosaicos y esculturas.
Las Termas de Caracalla se convirtieron en el complejo de baños más
lujoso de toda Roma, y su tamaño sólo fue superado por las Termas de
Diocleciano construidas en el año 300 con capacidad para 3000 personas. Diocleciano
fue acusado por la muerte de miles de cristianos condenados a trabajos forzados
en la construcción de las termas por lo que en el año 1561, el papa Pío IV mandó construir a Miguel Ángel una iglesia en
memoria de esos mártires en el propio espacio de las termas: Santa María de los
Ángeles y de los Mártires.
En aquel entonces cumplían una
función social y política. Eran lugares
ideales de encuentro y recreación. Se cuidaba el ambiente con una delicada
decoración colmada de estatuas, frescos, mosaicos, propio del refinamiento
romano. Su uso fue difundido por el
Imperio romano a toda Europa y luego al resto del mundo.
Pero no fueron las romanas las Termas más antiguas .Hay antecedentes de
instalaciones de este tipo en la ciudad india de Mohenjo-Daro, cuya fecha es
anterior al 2000 a.C. , en la isla griega de Creta, construida entre 1700 y
1400 a.C., y en la ciudad real de Egipto Tell el-Amarna, edificada hacia el año
1350 a.C.
Dentro de los límites del actual territorio argentino, desde la época
pre-colombina se transmiten noticias sobre las propiedades curativas de algunas
fuentes termales, entre ellas: La LAGUNA EPECUEN en la provincia de Buenos
Aires, citada por Faulkner en 1740 como agua curativa usada por los indios
desde tiempo inmemorial. Los baños de PISMANTA en San Juan. En Neuquén, son reconocidos por los indios
los "baños de EPULAUFQUEN”. Las termas de COPAHUE allá por el año 1880. INTI-YACU,
("agua del sol"), llamaban los aborígenes a la actual zona de RIO
HONDO en la provincia de Santiago del Estero, a los caudales subterráneos que
por entonces afloraban naturalmente. En VILLAVICENCIO, visitada en el año 1839
por el célebre naturalista Charles R. Darwin, había hacia el año 1800, baños
medicinales a los que acudía la gente de Mendoza.
Pero fue el médico español
Antonio Palau quien funda el primer Centro Termal de la República Argentina en ROSARIO DE LA FRONTERA (Salta) adaptado
especialmente a los fines terapéuticos.
El encanto de los hombres por las aguas termales a lo largo del tiempo se explica por sus enormes beneficios para la
salud física y mental.
No fueron sonsos los romanos cuando
tuvieron la idea de generar a partir de ella un ámbito
propicio para el encuentro y la recreación social, aunque, por supuesto, nunca
pudieron imaginar que su chispa
imaginativa se propagaría por el mundo hasta
nuestros días.
Es verdad, las Termas de Caracalla no hicieron al esplendor de Roma. Nosotros, los dolorenses, tampoco aspiramos
tanto con las nuestras.
El Complejo Termal en Dolores probablemente no cambiará nuestra
historia ya forjada con casi 200 años de
vida, pero sí será un valor agregado o si prefiere, una puerta abierta hacia
algo novedoso que va a comenzar. Ojalá
prospere y por efecto contagio
(porque estás cosas ocurren) nos impulse a seguir emprendiendo otras obras más como ésta o de otro tenor, pues de eso se trata el progreso; de crecer y trascender
en obras a lo largo del tiempo, más allá
de los gobiernos.
María
Cecilia Repetto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario