DOÑA MENCIA LA ADELANTADA
Un libro que llegó a mis manos casi por casualidad me ha
mantenido atrapada en la lectura prácticamente toda la tarde.
Hasta que la oscuridad comenzó a filtrarse por las
rendijas de la persiana no había
advertido el correr de la horas ni la
inminente llegada de la noche ,
claro que en junio los días son cortos ,el sol a veces ni se
asoma y cuando sale se retira pronto.
El libro que acabo de terminar tiene
como título el nombre de su protagonista: Doña Mencía, La Adelantada.
Su autora , la
escritora argentina Josefina Cruz , para escribir esta obra realizó una ardua investigación documental y recorrió
los lugares que fueron cuna y punto de
partida de los conquistadores del Nuevo Mundo .
Desde mis épocas de estudiante siempre me llamó la
atención la ausencia de la figura
femenina en las expediciones que se
llevaron a cabo en el período de
la Conquista
de América , circunstancia que me había
llevado a pensar que el arribo de
las mujeres europeas al Nuevo Mundo se produjo
en tiempos posteriores ,es decir, cuando
ésta ya se había consumado.
Este libro editado en el año 1962 por la Editorial La Reja me ha servido
para desvirtuar tal convicción pues su
autora basada en documentación fehaciente ,relata la epopeya del primer contingente de mujeres españolas que zarpando
de Sevilla arribaron a América
en el año 1550 comandadas por Doña
Mencia .
Cuenta el libro que
en el año 1500 el Consejo de Indias, organismo que se ocupaba de la
administración los territorios conquistados por España, le otorga el título de
Adelantado a Juan de Sanabria en reemplazo de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca.
A diferencia de las capitulaciones
anteriores, ésta tenía como particularidad que imponía
al Adelantado el deber de llevar en su armada a un calificado séquito de
damas para afianzar el arraigo de familias españolas en las tierras
conquistadas.
Doña Mencía de Calderón, la esposa de don Juan , no bien
se enteró de esa cláusula de la capitulación decidió acompañar a su marido para lo cual ambos se pusieron a trabajar en la organización de lo que fue una verdadera
epopeya.
Pero ocurre que Juan Sanabria cuando estaba casi todo preparado
para embarcar muere de un derrame cerebral por lo que su esposa, ante el
ofrecimiento formulado por el Supremo Consejo de Indias, asume el compromiso de
continuar junto a sus hijos la expedición que no había logrado concretar su desdichado
esposo.
Hacia tierras lejanas partió Doña Mencía el 10
de abril de 1550 .
Cincuenta mujeres la acompañaban en la larga travesía que
emprendían a bordo del” San Miguel “,la nave principal .
Llevaban a bordo todo lo necesario para subsistir en el
largo viaje pero además semillas y plantas de claveles, rosas, membrillos, higueras
y vides con el fin de nuevas especies se propaguen en los fértiles terrenos del
Nuevo Mundo.
Y uno se pregunta cómo se animaron todas estas damas a
salir de su vida sencilla, a arrojarse en tamaña aventura con pleno
desconocimiento de los peligros a los que se sometían: los riesgos del mar, las
inclemencias del tiempo, el desconocimiento del mundo a donde se dirigían, sin saber siquiera
si una morada tendrían a su arribo.
Evidentemente eran personas de mucho coraje pues aún
cuando eran mayores las posibilidades de fracasar en el intento optaron por
arriesgarlo todo en lo que fue una epopeya sin precedentes.
Como era de prever, los obstáculos existieron. Despuès de
atravesar una fuerte tormenta que arrastró al San Miguel hacia las costas de Africa,
los tripulantes pudieron continuar el viaje después que lograron reparar las
averías y llegar al Nuevo Mundo el 16 de diciembre de 1550.
Pero las desdichas no acabaron aquí . Al pisar la tierra firme en la Isla de Santa Catalina se enfrentaron con el peligro de las tribus
de indios salvajes, los tupíes, y luego para colmo de males estuvieron prisioneras de los portugueses durante catorce
meses.
Cuando lograron liberarse
emprendieron un largo viaje a pie con
rumbo a la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción
tal como estaba indicado en las cláusulas de la Capitulación.
Para ello cruzaron ríos, selvas, costas desiertas, pantanos, y se expusieron el peligro de
indios desconocidos y animales salvajes, insectos y todo tipo de dificultades que
pudieron vencer gracias al coraje de la
adelantada.
Algunas mujeres murieron en el intento por la mala alimentación y la fatiga del viaje. El resto llegó a destino
con “lo puesto”, es decir, sin calzado, con sus pocas prendas desdichadas,
viviendo prácticamente a la intemperie, al cabo de seis años
Cuando el contingente de mujeres llegó finalmente a Asunción su estado
era calamitoso, no obstante ello fue recibido como princesas y con todos los honores,
pues las creían definitivamente tragadas por la selva.
Una de las hijas de doña Mencía contrajo matrimonio con el Capitán
Hernando de Trejo y de esa unión nació Hernando de Trejo y Sanabria quien de
grande sería obispo de Tucumán y luego
el ilustre fundador de la
Universidad de Córdoba.
Otro de los nietos de Mencía fue un varón notable, futuro caudillo y primer
criollo que tuviera destacada actuación y poder: Hernando Arias de Saavedra, el
legendario Hernandarias.
Lo que nos deja la historia de Doña Mencía es la
reflexión sobre si realmente las mujeres conformarán el “sexo débil “como se
las suele catalogar.
Numerosas situaciones, como las que acabo de contar, parecen
demostrar que tal afirmación es equivocada.
Me gusta recalcar estas acciones pues nos muestran una
imagen de la mujer desde un protagonismo
que no pretende sustituir el rol de los
hombres en la sociedad sino colocarse ,
en pie de igualdad, en su papel de constructora de la historia.
Doña Mencía quiso honrar la memoria de su marido continuando,
como buena compañera, con la tarea que aquel no alcanzó a cumplir.
Dicen que cuando murió su mirada transmitía la serenidad
de la misión cumplida.
María Cecilia Repetto
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