INFINITA DOLORES (2010)
Cuando
Don Ramón Lara funda la ciudad de
Dolores hace 191 años el llamado “problema del indio “constituía el eje de las
preocupaciones de los pobladores rurales
y de
los representantes de los gobiernos provinciales.
Precisamente
Lara recibe instrucciones de
erigir un poblado con el fin de ampliar
la línea de frontera y evitar el avance de los indios que en aquel
entonces constituían unos de los peligros que más inquietaban a los habitantes de la zona.
Los
indios pampas eran temibles por su ferocidad y el propio Lara lo había sufrido en carne propia
desde su infancia ya que su familia, que pertenecía al pago de la Magdalena, había
sido víctima frecuente de los saqueos de
los malones.
Quiere decir que Dolores nace
como respuesta a un problema
candente de la época y como parte de las políticas de aquel
entonces habían fijado como objetivo fundar poblados con familias para impedir
el avance de los indios.
Más allá de esta realidad en que se basan los motivos de la fundación es
probable también que , su fundador y
todos aquellos que contribuyeron a que
esta ciudad se erigiera , como don Julián
Martinez Carmona que donó los primeros terrenos para que se edificara el
pueblo y las familias de primeros pobladores
, hayan abrigado en su interior alguna
otra aspiración que excedía aquel
propósito inicial de resolver el problema del indio
En este sentido no sería equivocado pensar que al fundarse este pueblo también se colocó una semilla de
esperanza en construir una ciudad que
fuera algo más que una ciudad centinela
, tal vez, la imaginaron como una ciudad
del progreso en los deshabitados territorios del sud.
Es difícil ponerse en la piel de un “fundador “, como lo fue Don Ramón
Lara, personajes extinguidos por la fuerza de las circunstancias y que
despiertan suma curiosidad en quien se ponga a pensar en ellos.
La sola condición de “fundador” le otorga a quien la ostente el
privilegio de estrenar la primera página en la historia de un pueblo .
Quien funda una ciudad la funda para siempre, su creación excede sus propios límites temporales y quien sabe
el de cuantas generaciones.
Seguramente ni Lara ni el padre Robles en la soledad de aquellos parajes
hayan podido imaginar que luego de aquella acta fundacional pasarían 191 años y
Dios dirá cuantos más.
Pese a ello creo que Lara era consciente de la magnitud de su obra y en tal sentido pienso que además de haber cumplido el objetivo que le habían encomendado , nuestro fundador presintió
que al fundar de Dolores
se había comprometido íntimamente
en un desafío mayor.
La prueba de ello lo brinda su empeño por reconstruir la ciudad después de
ser incendiada por el malón de indios dirigidos por Molina en el año 1821 pese a que en aquella
emboscada Lara había perdido
su vivienda y parte de su familia.
Es decir ,existió ,en mi opinión y desde los primeros tiempos, un
sentimiento ,una ilusión de progreso , una verdadera apuesta al futuro de este pueblo.
A 191 años de aquel acto fundacional no sé si habremos cumplido las expectativas de nuestro
fundador.
Quien dice,tal vez Lara abrigaba una esperanza mayor en nosotros.
Sucede que el progreso de una ciudad debe ser concebido como un
desafío de nunca acabar para una empresa infinita. Cada día que
transcurre deben ser pasos destinados a avanzar hacia una comunidad más habitable ,mas próspera ,mas
desarrollada, más integrada entres sus habitantes.
Dolores, como tantas ciudades del interior, mantiene ese perfil sereno
que tanto agrada a quienes habitamos en ella pero al mismo tiempo se demora en esas aguas calmas como renegando al progreso y soslayando la mirada
en su porvenir.
Apenas nueve años nos separan del bicentenario ,todavía hay tiempo para avanzar
con nuevos proyectos ,para plantearnos metas
dirigidas al desarrollo de la ciudad , para salir de los errores y para asumir el compromiso de cumplir aquellas íntimas ambiciones
de Lara , tal cual lo reza la letra de
nuestra himno ,ser del progreso una
ciudad centinela.
María Cecilia Repetto
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