EL FLAGELO DEL TRABAJO INFANTIL
Todos los países
del mundo ,en forma individual o a
través de convenios internacionales , han procurado
combatir las distintas modalidades
de abuso que atentan contra el derecho
de los niños a crecer y desarrollarse saludablemente
.
Sin desconocer que han sido muchas
las acciones que los Estados han llevado
a cabo a lo largo del tiempo para luchar
contra este flagelo, también es cierto que las cifras
de niños que son explotados en países con altos índices de pobreza, dan cuenta de su insuficiencia para hacer
frente a una realidad que no puede ocultarse
por más vergüenza que provoque reconocerla.
Quien podría estar en desacuerdo con la exposición de motivos de la Convención de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en 1989 que consagró el
deber de los Estados de proteger a los
niños o con cualquier otra ley cuyo fin sea reafirmar su derecho a vivir adecuadamente .
Por cierto , nadie .
Porque el problema no es la falta de normas
legales ni sus buenas intenciones , sino
la dificultad para cumplirlas en un contexto
que , por lo general , es más
complejo que el escenario en el cual
fueron pensadas .
Es lamentable que un niño
que merece toda la protección de los adultos deba realizar trabajos para ayudar a su familia en los gastos de
subsistencia.
Pero que actitud deben asumir los gobiernos que son conscientes de que esta situación
existe y que afecta a una gran cantidad
de niños en edad escolar.
El presidente de Bolivia Evo Morales ha tomado una postura respecto al trabajo infantil generando algunas adhesiones pero muchos más
cuestionamientos .
Recientemente ha respaldado una
ley que convirtió a Bolivia en el único país que permite que niños de diez años trabajen
siempre y cuando continúen asistiendo a la escuela .
Basado en su experiencia personal
, ya que desde los cuatro años comenzó a ayudar a su
padre cuidando ovejas , el
presidente de Bolivia ha decidido asumir el costo de privilegiar la sinceridad antes que la hipocresía.
Por haberlo sufrido en carne
propia sabe de lo que se tratan las
necesidades dentro de un hogar humilde y
las causas que llevan a muchas familias a tener que mandar a trabajar a sus
hijos todavía pequeños.
Por esta razón,en su opinión ,al darle un marco legal a la realidad
inocultable que se viven su país
en donde una gran cantidad de niños deben trabajar para ayudar a sus familias ,
podrá brindarle mayor protección a quienes se encuentren en esta situación
como no podría hacerlo con normas que
prohíben lo que en los hechos existe y en la cara de todos.
El daño colateral que parece
no tomar en cuenta el presidente
Morales es que estos niños corren el
riesgo de quedar atrapados en un círculo
de pobreza que ya condenó a sus padres a la exclusión por no haber podido
capacitarse.
En la actualidad, se estima que en el mundo son 168 millones los niños sometidos a
regímenes de servidumbre y hasta esclavitud laboral.
Las modalidades de esta explotación son variadas debiendo mencionar entre las más graves la explotación sexual y el tráfico
de estupefacientes que ponen en peligro la salud, la seguridad e integridad
psicofísica o moral de niños y niñas.
En las grandes ciudades, muchos chicos
suelen ser enviados por sus padres a mendigar
en las calles ,o a realizar venta ambulante, limpieza de vidrios de automotores o tareas domésticas ,en
el caso de las niñas ,debiendo pasar su infancia en ámbitos callejeros y
sometidos a tareas inapropiadas a su
edad y que ,además , le restan tiempo
para su educación .
Recientemente en la reunión
regional de la OIT que se realizó en Lima ,
25 países de América latina y el Caribe, 400 delegados de gobiernos,
empleadores y trabajadores del continente han suscripto un proyecto que propone alcanzar la erradicación total del trabajo infantil para el año 2020.
Nadie podría estar en desacuerdo
con tan loable objetivo , el
interrogante es cómo se hará para conseguirlo ¿Hay probabilidades que este
sueño se cumpla ?
Lo ideal es que no existan chicos
explotados , pero al menos hasta hoy las
políticas públicas han puesto en evidencia que aún queda mucho por hacer
.
La protección de la familia y la educación de los menores son las bases
fundamentales para erradicar este
flagelo que lesiona a quienes más protección necesitan de la
sociedad en su conjunto.
MARIA CECILIA REPETTO
.
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