EN NOMBRE DE LA DIGNIDAD
Aquí y en todas partes del mundo ,si bien se admira
al exitoso (llamado así ,en su acepción moderna
, a quien tiene dinero y / o fama
sin importar cómo ) cuando
uno profundiza en las historias de vida de gente común que , por contraste, han
trabajado toda su vida ,que han vivido modestamente pero con mucha dignidad , no se puede menos que
sentir reconocimiento y respeto.
Yo conocí a alguien que se murió hace poco.
Era un cartero , le decían Dumbo ,todos en Dolores lo conocían .
Repartió cartas con su bicicleta negra
durante muchísimos años, en las
épocas en que realizar este trabajo era tarea ardua porque no existía internet y toda la correspondencia se enviaba por correo postal.
Para cualquier persona la
llegada de la jubilación es como una
bendición , un premio que solo quien ha cumplido los años de servicio
reglamentarios sabe lo que significa : la posibilidad del descanso o de emprender
una vida más tranquila .
No obstante este trabajador no alcanzó
a gozarla pues por ironías del destino, su muerte coincidió con el día en que
se jubilaba .Vaya a saber,tal vez la emoción afectó su corazón enfermo.
Su vida diaria ,que traigo como ejemplo, habrá sido similar a la de millones de trabajadores que se levantan temprano para ganarse el pan de cada día y que a
costa de mucho esfuerzo personal , sin lujos ni placeres, sostienen una
familia a quien procuran brindarle lo mejor dentro de sus posibilidades.
No obstante ,la figura del trabajador no representa actualmente un modelo social cuyos valores se
exalten de las misma manera en que se lo
hace con los beneficiados por el éxito fácil a quienes se suelen admirar poniendo una
mirada indulgente con relación a los
mecanismos de los cuales se han valido
para alcanzarlo aunque se trate de dinero proveniente de negocios
espurios o dineros públicos de la corrupción.
Ello es congruente con la declinación de la cultura del esfuerzo
que se ha ido acentuando en las últimas
décadas en la cual no solo el trabajador
sino también quien estudia y se esfuerza por progresar es subestimado en relación al valioso rol que cumple dentro de una
comunidad.
Se olvida que nuestro país creció y se desarrolló gracias a la cultura
de trabajo que importaron las oleadas de inmigrantes que poblaron la
Argentina a partir del Siglo XIX.
Entonces me preguntaba, frente a
los mensajes contradictorios que
desalientan al trabajo , que fuerza
interior es la sostiene a una persona en su actitud ,qué la lleva a perseverar
en su proyecto personal y a no
flaquear ni siquiera frente a las frustraciones .
Y la respuesta tiene que ver con la dignidad del ser
humano y con las elecciones que se hacen
en la vida.
Nos remite también a esa cultura del trabajo que heredamos de nuestros
padres y abuelos
El trabajo es un mandato de la vida desde el fondo de los
tiempos. Es un mandato ético y bíblico que nos recuerda eso tan sabio de que ganarás
el pan con el sudor de tu frente.
Tiene una dimensión que trasciende lo
económico , de allí la
importancia de que las políticas públicas
fomenten las fuentes de trabajo y
desalienten la ociosidad que provoca el
desmedido asistencialismo .
Hace muchos años un filósofo italiano llamado Pico de la Mirándola
escribió el Discurso sobre la Dignidad Humana en el cual introduce el concepto
de la libertad al hablar de la dignidad del hombre.
Precisamente dice que es el hombre quien elige ser o no ser digno , que es un atributo de los seres
humanos lo cual nos diferencia de otras
especies.
“… Te coloqué en el centro del mundo, para que volvieras más
cómodamente la vista a tu alrededor y miraras todo lo que hay en ese mundo,para
que tú mismo, como modelador y escultor de ti mismo, más a tu gusto y honra, te
forjes la forma que prefieras para ti. Podrás degenerar a lo inferior, con los
brutos; podrás realzarte a la par de las cosas divinas, por tu misma decisión”
La dignidad no tiene precio y
como lo explica el filósofo Kant nos remite
a la autonomía moral propia del ser humano.
Por todo ello creo que mayor
éxito personal tiene que ver con
la preservación de la dignidad , compromiso que asumen quienes se
ganan la vida con su esfuerzo personal .
María Cecilia Repetto
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