LA TRANSPARENCIA INSTITUCIONAL EN LA AGENDA LEGISLATIVA
No hay nada más
volátil que la atención de la opinión pública. Por más interés que despierte un
hecho,
por más desconcierto que provoque una noticia, la fuerza de su impacto se va perdiendo con el correr de los días.
Hace algunas semanas, por ejemplo, todo el eje de atención estaba puesto en el malogrado
pedido de expulsión del Diputado Julio de Vido del Congreso de la Nación, pocos días después
la campaña electoral se ocuparía de barrer y
dejar bajo la alfombrar todos los
comentarios sobre este asunto y de otros casos de corrupción.
Uno tiende a pensar que debería ocurrir lo contrario ¿no? Las elecciones legislativas deberían generar el marco propicio para debatir en profundidad
el tema de la transparencia institucional y las condiciones éticas que deben
reunir quienes ocupan cargos en el gobierno a sabiendas de que nuestro sistema político
nunca mejorará si se sigue permitiendo
que personas con antecedentes
penales revistan el carácter de funcionarios
públicos.
Cuando nos enteramos a través de los medios de comunicación de las
investigaciones sobre casos de
corrupción que parecen nunca terminar y
que en vez de aclararse cada vez se
confunden y complican más ,cuando escuchamos a nuestros legisladores enredarse
en discusiones sobre si la ley fundamental quiso decir esto y no lo otro ,si el
diputado De Vido estando procesado debe permanecer en su banca hasta que sea condenado ,aunque la
justicia demore mil años y tenga mil quinientas pruebas que lo condenen ,yo
pienso que mientras no nos pongamos de acuerdo ,con firmas
certificadas , de algo tan básico como es determinar quiénes pueden ser representantes en una república y quienes no pueden, cuando la letra
de ley no dé lugar a variadas interpretaciones ,cuando exista un castigo
moral para los autores , cómplices y encubridores de la corrupción estatal seguiremos
navegando como hasta ahora en aguas contaminadas.
En estos aspectos hay que resaltar la importancia que tiene el compromiso de la ciudadanía en cuanto a
elevar su nivel de exigencia a la clase política. Es curioso que lo que no se le permitiría a un representante
local, se toma más a la ligera a la hora de evaluar la conducta de funcionarios nacionales o provinciales.Habría que analizar
los motivos por los cuales la reacción es diferente en uno u otro caso.
Pensemos en el Honorable Concejo deliberante de nuestra ciudad y cómo
reaccionaría el pueblo de Dolores si uno de sus integrantes estuviera procesado
por delitos de diversa índole poniendo en tela de juicio su honestidad para desempeñarse
como concejal.
En las comunidades pequeñas como puede ser la nuestra, la ventaja que a veces puede interpretarse como una molestia, según como se lo mire, es que todos se conocen.
Por este motivo, en la conformación
de las listas a candidatos a cargos públicos se pone particular énfasis en integrarla con
gente a quien no se le pueda reprochar de mala conducta porque la presencia de una persona de dudosa
reputación salpicaría al resto de sus integrantes.
Lo que tiene de bueno entonces
es que, aun aceptando que la pureza no existe salvo en el reino celestial,
la separación de un edil de su cargo en
el hipotético caso de estar procesado por delitos como los que se le imputan a De Vido, se produciría
por la propia condena moral del
vecindario más allá de la fuerza
política a la que perteneciera.
Ese límite que impone la gente a sus representantes locales y que se traduce un gesto de madurez y mayor compromiso con la propia comunidad debería prevalecer en todos los órdenes, en el caso De Vido y en el de cualquier otro miembro
del poder legislativo con una situación procesal que lo inhabilite moralmente
para desempeñarse en un cargo público.
Si para ocupar cualquier cargo
público se establece como causa de incompatibilidad
no tener antecedentes penales, tratándose de legisladores el ejemplo de
transparencia debería ser un atributo indiscutido
.
No en vano se le ha antepuesto el carácter de Honorable Congreso u
Honorable Concejo, pues al menos que el adjetivo que lo precede haya sido en
broma debemos entender a que hace alusión a la condición de sus integrantes y al
honor que significa ser elegido nada menos que para redactar las leyes del pueblo.
La verdad es que la renovación
legislativa debería ser la oportunidad para para superar los errores del pasado ,que en estos tiempos
de campaña los candidatos digan a la
gente que harán para combatir la corrupción
,porque el progreso de un país depende entre otras cosas de los valores que enarbole
su
clase política y el ejemplo de conducta que le brinde a la ciudadanía.
María Cecilia Repetto
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