domingo, 30 de enero de 2011

A HERNAN SANTIAGO REPETTO de María Cecilia Repetto


CARTA DE ENERO



Ya ves, después de unos días de ausencia aquí estoy  hoy de regreso en “el páramo”.

Si, vos mismo alguna vez me lo dijiste “En enero la ciudad  asiste al éxodo de sus habitantes”.

Algunos  emigran hacia la costa atlántica  para disfrutar de un anhelado descanso  , otros aprovechan el silencio para dormir una siesta interminable.

Por una razón u otra , lo cierto es que no anda ni un alma por las calles dolorenses.

Y me preguntaba mientras iba rumbo a la oficina ,si sería deseable  retener  esta quietud  por más tiempo o es preferible que tenga  este carácter  temporario y que mañana la ciudad retome su ritmo habitual más dinámico y ruidoso.

Cada ciudad posee su propio  estilo que lo identifica ¿Cuál será nuestro?

He vivido en Dolores desde siempre y nunca la he visto apasionada, ni audaz, ni  jamás salirse de sus  mesurados carriles.

Nunca he visto a la población enfervorizada,  ni reunir sus voces, ni pujar demasiado en pro de un ideal común.

Dirás que esto ocurrió durante  la histórica Revolución del Sud , aquella valiente epopeya que protagonizó nuestro pueblo contra el régimen opresor del gobernador Rosas pero  ¿no fue  aquel un episodio excepcional?

¿O acaso existe algún otro antecedente que haya embanderado las calles dolorenses , que haya unido en un mismo sentimiento a todos sus pobladores. ?

¿Existirá el sentir dolorense o predominará entre nosotros  el individualismo?

A veces parecemos transitar cada uno por su lado y sin embargo cuando nos distanciamos, como en enero, volvemos con ganas de encontrarnos y de  continuar nuestra convivencia tomados de la mano.


Ya ves papá, como en cada enero te escribo una carta en sepia en la cual no dejo de mencionar tu Dolores  (Si la vieras la encontrarías más urbanizada y con algunos signos de progreso)

Pensarás, tal vez, por mis palabras que no han cambiado demasiado las cosas pero te confieso que tampoco yo he modificado demasiado mis costumbres....

Como en cada enero ,el  día treinta  concurriré  a tu misa (que Dios me perdone pero detesto ir a tus misas)

Antes -los tuyos- iremos en procesión, aunque en diferentes horarios,  a llevarte las flores de tu preferencia.

Cortaré  para vos algunos jazmines de la casa de la abuela y como hago  siempre les tomaré el perfume que me conduce a tu recuerdo.

Y al pensar en vos  me  he preguntado si será un páramo Dolores o será  una simple impresión mía.

Será que a mí  me parece que en la plaza no hay alegría   y que las calles están vacías.

Seré yo la que siento  a finales de enero que los días son apagados, que el atardecer es monótono  y que en la noche no brillan las  estrellas.

Será enero el que entristece en su descanso o  será éste enero el que me entristece o será que me acuerdo de aquel otro enero en que partiste  y  desde entonces  todo lo veo con color de llanto.

María Cecilia Repetto