sábado, 27 de octubre de 2012

CONSEJO DELIBERANTE DE DOLORES


 

 

EL CONSEJO DELIBERANTE COMO USINA DE IDEAS

 

 

Hay un Consejo Deliberante integrado por vecinos de la ciudad que se reúnen semanalmente a tratar asuntos de la comuna.

 

Los días de   sesión los concejales deliberan , esto quiere decir, intercambian ideas ,proponen iniciativas, exponen los problemas de la ciudad y buscan soluciones , brindan opiniones, expresan sus  puntos de vista, sugieren modificaciones ,discuten  alternativas.

 

Estos Concejales cumplen un rol   fundamental en la comuna a la cual  pertenecen  porque tienen  a su cargo, entre otras funciones, la redacción de las ordenanzas municipales que hacen a infinidad de cuestiones de  interés público como lo son las relacionadas con el  arreglo de calles, el  ordenamiento del tránsito, la higiene de los lugares públicos, la salud ,etc.

 

Se agrupan por bloques según la fuerza política que representan y así se acomodan en sus asientos los días de sesión pero al final de la misma suelen compartir una mesa de café  , en algún bar o club cercano , porque ,claro, estos funcionarios antes que concejales son vecinos y muchos de ellos se conocen de toda la vida.

 

Este es un Consejo Deliberante ideal   o el que debe ser ,es también el Consejo Deliberante que conocí  y el que  guardo  como ejemplo , constituido por dolorenses  de  diferentes corrientes políticas  a quienes daba gusto escuchar en apasionados debates sobre cómo  resolver los problemas que se suscitaban en el quehacer diario de nuestra localidad ,aportando propuestas sobre como mejorar la calidad de vida de todos nosotros , discusiones muchas de ellas que se extendían hasta  largas  horas de la noche  y que no acababan hasta dar a luz una nueva iniciativa para la comuna.

 

Sin embargo  ,  la sensación que hoy   predomina entre los dolorenses es que ese debate de ideas ha ido cediendo terreno  a otro tipo de discusión que no contribuye al crecimiento de la ciudad, que implica un desgaste de energía  para los funcionarios que se ven envueltos en discusiones banales en vez de capitalizarse  todo  lo  bueno que cada uno de ellos pueden aportarnos.

 

A menudo somos testigos de enfrentamientos personales entre concejales de diferentes fuerzas políticas, excediéndose en  acusaciones   recíprocas  , reproches y descalificaciones que desnaturalizan la función que están desempeñando.

 

 

Se puede estar   desacuerdo en los medios , incluso en el orden de prioridades, pero debe haber  coincidencia en los fines ya que todos los caminos deben conducir a lograr lo mejor para los dolorenses ,todos deseamos tener una ciudad más confortable, con mejor servicio de salud, con mayor seguridad ,con mejores condiciones de  limpieza .

Llama la atención esta   falta de cordialidad y dificultadad para relacionarse  pues no ha sido la propia de nuestro pueblo a lo largo de su historia y  probablemente sea el reflejo del clima de hostilidad social que se respira en nuestro país en los últimos tiempos.

 

Nunca las sesiones del Concejo Deliberante   tuvieron el matiz ceremonioso de un Concilio de Prelados.

Desde la época en el que Concejal dolorense Escribano Pedro Carpy en 1890 accionaba judicialmente contra las Resoluciones del Consejo Deliberante por considerarlas arbitrarias e ilegales  hasta hoy  existen  infinidad de antecedentes en nuestros archivos de conflictos municipales entre Concejales o entre éstos y el Intendente Municipal en los cuales  incluso ha debido intervenir la justicia

 

Las discusiones entre los ediles son propias de un organismo que se integra con representantes de distintas corrientes políticas precisamente   con este propósito : debatir, deliberar, de allí su nombre ,representa el sentir  de la ciudadanía; es la vía de entrada para la expresión de necesidades, demandas y propuestas por parte de los ciudadanos dado que en él están representadas las diferentes opiniones de la comunidad.

 

Con este espíritu se constituyó el régimen municipal   al sancionarse en 1.886  La Ley  Orgánica Municipal n ª 1810  como un “esfuerzo  serio y equilibrado  para la aplicación de los principios constitucionales “ ya que establecía el sistema de división de poderes en el orden municipal  y la creación de un órgano cuya misión sería controlar  las acciones del poder ejecutivo   y sancionar ordenanzas que respondan a las necesidades e inquietudes de la comunidad.

 

Pero es preciso diferenciar las discusiones originadas   por cuestiones vinculadas a asuntos de la comuna   de los enfrentamientos personales que lejos de    aportar  beneficios   degradan la función pública e instalan una forma de relacionarnos que no es la que deseamos los dolorenses.

 

El Consejo Deliberante debe ser una usina de ideas y no un laberinto sin salida.

 

Hay tantas cosas para hacer y mejorar  en la ciudad que sería positivo  afianzar los lazos de afecto vecinal , aliarse en  los fines ,hacer y dejar hacer ,proponer  y ser atendido, proyectar y  convertir esa  idea en una nueva obra para el crecimiento y progreso  de nuestra ciudad de Dolores.

Vivimos en una democracia en donde hay que respetar el voto de la mayoría sin dejar de atender las propuestas o reclamos de la   minoría ,solo de esta manera se puede alcanzar una convivencia armoniosa y progresista.

 

María Cecilia Repetto