sábado, 28 de abril de 2001

LA CIUDAD DE DOLORES Y SUS HOMONIMAS


 

 

Dolores y su hermanamiento
28-04-2001

 

        Dicen que el argentino tiene fama de presumido aunque para mí lo que mayormente nos caracteriza  es nuestra forma de ser nostálgica y tremendista.

        Será por eso que nos gusta tanto el otoño, porque en el fondo es la estación mejor nos va, nos reflejamos en su color ocre, disfrutamos de esa sensación de melancolía en los primeros atardeceres otoñales y  nos estremecemos con las letras de un tango y la literatura de Roberto Arlt.

        Así es  esta vecina de quien les contaré

        Es argentina pero sobre todo, es dolorense.

        Vive a pocas cuadras del centro, en" la Pellegrini "  y  hace pocos días cumplió su primer medio siglo de vida.

         Cuentan que cuando joven se destacaba por su  físico contorneado y sus generosos atributos femeninos a los cuales acompañaba con un andar ondulante y sensual.

         Pero un poco los años, también el descuido, la prioridad por sus hijos y los quehaceres domésticos  desdibujaron quizá antes de tiempo las curvas de su cintura, el contorno de sus caderas y el tamaño de sus manos, pero mantuvo sin embargo intacta esa innata  inclinación  por la escritura   y su interés por estar informada y actualizada.

        Por este motivo apenas  se despierta en la mañana, enciende la radio y escucha las noticias locales.

        Le interesaron desde siempre los comentarios radiales  de Nestor Esquioga a quien admira por su voz formidable y aunque alterna con todas las emisoras dolorenses  prefiere la del talentoso Horacio Burgueño, su favorito.

         Casualmente la semana pasada escuchó  el comentario en una de ellas  que la  Ciudad de Dolores tenía" una hermana en España ",es decir, otra ciudad que lleva el mismo nombre que la nuestra.

        Luego  leyendo en El tribuno se enteró que habían visitado la ciudad una representante del alcalde la ciudad de Dolores  en Alicante para iniciar los trámites de hermanamiento.

          La idea del intercambio cultural que venían a proponer le pareció por demás interesante y la  estimuló en su  aletargada vocación literaria.

          El  domingo pasado la despertó  una idea que le venía zumbando en la cabeza desde entonces...

          Tanteó por abajo de su cama en busca de sus chinelas, y se dirigió directo a la cocina.

          Allí sobre el mantel  a cuadros, escribió una carta dirigida al Alcalde de Dolores cuyo texto decía más o menos  lo siguiente:

Señor Alcalde de Dolores:-  Me he imaginado al ensayar esta  humilde carta que acabo de enterarme que tengo un pariente en un país lejano a quien deseo conocer y deseo que me conozca.

         Me  ha parecido que la manera más sencilla de iniciar esta imprevista y peculiar  relación familiar sería contándole algunas  cosas  de mi ciudad, luego si le parece usted responderá enviándonos detalles de la suya, el tiempo dirá  como continúa esta  historia.

        Dolores es una ciudad de casas bajas, con un perfil  tranquilo, sin un estilo  definido, pero con cierto señorío que se lo dan la misma forma de ser de la  gente y  algunos edificios tradicionales, como la Escuela Normal, el  Tribunal, El Colegio Nacional y su Iglesia ubicada frente a la plaza Castelli ,lugar donde  los fines de semana se arremolina la juventud  dolorense dando un toque frescura y movimiento muy singular.

     Los que dicen que mi ciudad no tiene encanto, yo les digo  que su encanto no está expuesto, hay que vivirlo, buscarlo y respirarlo.

       Yo disfruto de esta tranquilidad de Dolores, algo nostálgica,  de luces débiles y que contrasta con el ritmo vertiginoso de las grandes ciudades, no por ello dejo de ver  que nuestro crecimiento es apesadumbrado, que somos quedados los dolorenses, que  tenemos miedo al cambio, a la apertura de nuevos emprendimientos , que nos falta inventiva  para generar fuentes de trabajo y. que no nos esforzamos por preservar la estética  ni la limpieza de la ciudad .

       Por todo ello, abusando de esa confianza que da solo la familiaridad, he pensado desde el corazón que sería bueno conocer como es la otra Dolores porque quizá en ese intercambio de ideas y sugerencias nuestra  hermandad podría tener un fin utilitario además del sentimental que también es importante.

       Disculpe Señor Alcalde si esta primera carta no es del todo alegre como debiera, quizá sea culpa del otoño o simplemente de que hoy es domingo y usted sabe, a uno en este día le viene esa desazón incurable que llevamos  en la sangre   los argentinos.

 

María Cecilia Repetto

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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