sábado, 25 de julio de 2015


EL SUSTITUTO      (CUENTO)
TALLER LITERARIO. 18 DE ABRIL DE 2015

 

        Una Ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante había  alterado  la tranquilidad de  los vecinos de  Garbis , un pequeño pueblo ubicado a orillas del Río Pilcomayo .

Según los comentarios de la  calle , entre gallos y medianoche , los ediles del partido opositor  le habían dado el sí al proyecto  impulsado por el  Intendente municipal, Don José Morantes , a través del cual se disponía dar daría asilo a los  sobrevivientes de la Isla Gran Inagua   luego de la catástrofe provocada por el Huracán Adilia que había arrasado con todas sus viviendas y escasas pertenencias.

La Ordenanza que llevaba el número  223/ 84 se fundamentaba en razones  humanitarias, en el espíritu solidario de los Garbiseños , pero dejaba a salvo que la ayuda  estaría sujeta a  una serie de pautas  de convivencia y compromiso de reciprocidad en mano de obra para el Plan de Viviendas “SOMOS GARBIS” que los  jefes de familia debían asumir en compensación por la asistencia y albergue que brindaría el municipio  hasta tanto pudieran  encontrar una fuente de trabajo propia.

Era el mes de enero de 1985.Todo el vecindario   se había congregado en la Estación de tren a  la espera del contingente de isleños  previsto para las 19,00 horas.

La Comisión Organizadora creada ad-hoc presidida por  el japonés Archipiano Li, había programado una cálida recepción con el acompañamiento de la Banda Municipal  y un agasajo con empanadas y pasteles de membrillo preparados por las amas de casa.

A los postres vendrían las palabras  de bienvenida del Intendente Municipal ,quien aprovecharía la ocasión para  realzar su  popularidad decaída  tras el  insistente hostigamiento del dueño del diario local  y enemigo de la infancia, Don Said Raboso.

Era ya el atardecer cuando  se vio en  el  horizonte el humo que sale de la chimenea del tren ; enseguida se escucharon las campanas  de la estación ,por último , el típico ruidito de la frenada que anunciaba el arribo .

Uno a uno  fueron  descendiendo los nuevos huéspedes que traían de equipaje apenas un atadito con ropa y tal vez algún recuerdo de su tierra natal.

Pese al cansancio se mostraban alegres y muy reconfortados con  la hospitalidad que se les ofrecía.

Los primeros días en el pueblo fueron de mutua adaptación pero en términos generales podría decirse que la recepción fue positiva .Los isleños eran trabajadores, amables, agradecidos y por sobre todas  las cosas muy serviciales.

Prueba de ello fue que  al enterarse de  que el hijo del intendente padecía una extraña enfermedad no  dudaron en llamar la puerta de la casa del mandatario y ofrecerle desinteresadamente los  servicios de su curandero de nombre  Luis Candiales.

Roderick Morantes era un muchacho de unos veinte años, delgado al extremo, pálido a causa del aislamiento en que vivía y con una mirada desconectada del mundo que lo rodeaba.

Los numerosos  profesionales  que lo habían asistido le habían diagnosticado depresión juvenil pero ninguno  hasta entonces   había  podido sacarlo a flote.

Aquel  día el maestro Candiales ingresó a la habitación del chico vestido con su habitual túnica  que alguna vez había sido blanca. Solo pidió que le bajaran la luz de la pieza  y que los dejaran a solas con su paciente.

Fueron largas horas de espera  , desde el atardecer hasta avanzada la madrugada , en las  que se escucharon murmullos que parecían rezos ,llantos y hasta suspiros. Después de todo eso ,el joven Roderick abrió la puerta de su habitación en dirección a sus padres y los abrazó con una sonrisa. ¡Se había recuperado!

La milagrosa novedad  corrió como reguero de pólvora en el pueblo  y  en la puerta del galpón donde se alojaba Candiales primero discretamente, luego sin disimulo, comenzaron  a hacer filas otros vecinos que requerían  sus servicios de sanación.

El segundo gran milagro se produjo al poco tiempo cuando curó  de su ceguera  a Doña Adilia, la anciana  que pedía limosna en la puerta de la capilla  y que había perdido la vista de pequeña a causa de haberse lavado los ojos con jugo de sandía .En esta ocasión el estupor del pueblo fue mayor.

Con el correr de los días la fama del isleño sanador se fue propagando   y  el pueblo comenzó a recibir  un movimiento inusual  de personas que venían desde lugares lejanos y que deseaban ser bendecidos  por las manos milagrosas del Maestro  Candiales.

 

Al observar este escenario  el Concejo Deliberante abrió los ojos y sesionó en forma especial pues consideraba necesario  coordinar las visitas con el fin de brindar una mejor atención a los enfermos y familiares que llegaban  a Garbis….

Se decidió entonces contratar un servicio de transporte en combis   que luego se amplió a ómnibus municipales con el fin de trasladar a los pacientes y familiares .Se acondicionaron instalaciones más apropiadas  para la prestación del servicio en un anexo del Palacio Municipal que contaba con sala de espera   , sanitarios y una sala para recibir las colaboraciones.

Frente al edificio, en  la plaza principal se autorizó la colocación de quioscos de comidas y   souvenir que los  artesanos del pueblo vendían de a docenas : medallas ,velas , posters ,remeras ,gorros  y cuanto objeto se  pudiera vender con la  imagen estampada de Candiales.

Candiales era un hombre sumiso que todo lo que le sugerían aceptaba.  No precisaba riquezas y desdeñaba el confort. Decía ser “tortuga” porque él era su propio hogar  .Cierta vez le preguntaron sobre el origen de sus poderes y respondió que tenía  un secreto que solo  lo revelaría  cuando encontrara la persona digna de su confianza …

Como es de imaginar ,en poco tiempo  la economía del pueblo había florecido en forma notable y ello  se  advertía por el mayor movimiento de vehículos por las calles polvorientas de Garbis ,por  la multiplicación de comercios  ,bares, servicios de hospedaje ,en fin, por los aires  de bonanza de los vecinos  y  principalmente de las patronas de Garbis.

Se cumplían cinco años desde el arribo de los isleños al pueblo y se decidió organizar un gran baile para toda la población en el Club  Mitra.

La noche del tres de enero de 1990  era maravillosa .El  cielo lucía todas sus  estrellas  y una brisa tenue refrescaba el rostro chispeante   de los  más de mil asistentes.

La música movediza  incitaba al baile y ninguna pareja se quedaba en sus sillas porque el clima era de contagiosa alegría.

A medianoche hicieron una rueda gigante para vitorear con aplausos  a  Luis  Candiales. Todos saltaban , reían y lo felicitaban  porque le había devuelto la salud a muchísimos   enfermos  pero además había ayudado sin pretenderlo a todos los hermanos de Garbis.

Fue tanta , tanta ,la emoción  para este pobre hombre de mirada cándida , más acostumbrado a las penurias que a los agasajos ,indiferente ,por otro lado , a lo que había generado a su alrededor, que su corazón no lo resistió .

En un instante toda su humanidad  se desplomó al suelo , como si otro huracán ,no aquel que arrasó  con sus pertenencias ,lo hubiera señalado con el dedo  para darle un soplido final  y llevarlo al cielo.

Entonces  , la música se transformó en  silencio, la alegría en desazón, el cielo estrellado se cubrió de nubes  y el negoció ….¿Se terminó?

.- De aquí nadie se mueve hasta nuevo aviso, sentenció aquel día el Intendente Municipal ,  quien  rápido y sagaz como un áspid ordenó a  los representantes más conspicuos del pueblo a reunirse de inmediato en la cocina para debatir los pasos a seguir después del imprevisto episodio que comprometía el futuro  del pueblo.

Terminado el concilio , el mandatario se dirigió a los desconcertados asistentes  diciéndoles lo siguiente :

.- Señores y Señoras, hijos  de Garbis: Esta junta de vecinos reunida con motivo  del incidente ocurrido con el  querido amigo  Luis Candiales , considera que es nuestro deber moral  proseguir su obra benefactora como él lo hubiera deseado.

Para ello es preciso  que todos en este instante , CADA UNO de nosotros,prestemos  juramento formal de guardar secreto de lo ocurrido en este recinto. ¡Todos debemos borrar de nuestra mente  lo que hemos visto !¡Luis Candiales vive ¡¡ Vive en la persona de su “SUSTITUTO”, en la persona que Él hubiera deseado prosiga su  loable misión sanadora. Esa persona es  “ Roderick Morantes”

Al escuchar su nombre al joven  Roderick   , quien a pesar de haberse curado de la depresión no había dejado de ser un agua parada, casi se atraganta  del susto  ; pero la mirada inflexible de su padre y la cara de súplica de todo el vecindario de Garbis, entendiendo que   de su “sí dependía el bienestar  de sus vecinos, no pudo hacer otra cosa que  expresar con un cabezazo una tímida  señal  de asentimiento.

No había tiempo para preparativos, al día siguiente  a primera hora  más de trescientos cincuenta personas arribarían a la Terminal de ómnibus recientemente inaugurada para dirigirse a la Sala de Atención  Municipal del Maestro Candiales.

Allí con la túnica blanca de “su padre espiritual” estaba  Roderick Morantes con cara de trasnochado espanto  mirando por detrás de la cortina la  fila de pacientes que aguardaban esperanzados  ser ungidos con sus dones curativos.

Para no despertar sospechas ,la indispensable secretaria del Intendente , Marilandi Cortecia , verdadera autora intelectual del proyecto de traer los isleños a Garbis (dictada al oído del intendente en una tarde de siesta compartida) sugirió bajar la iluminación del recinto casi a la penumbra y distribuir  algunos sahumerios y música religiosa  con el fin de generar un ambiente  más afín a las circunstancias.

En resumidas cuentas , las primeros pasos de “Sustituto” fueron impecables  y  todo continuó igual sin que nadie  sospechara lo que había ocurrido.

No obstante y como  bien dicen que no hay peor cuña que la del propio  palo , Said Raboso  ya no soportaba más que  todo le saliera bien al corrupto de Morantes, a ese soberbio que de chico se le burlaba por ser malo jugando al football . No era posible que la suerte le acompañara hasta con sus  mentiras y que Dios no lo castigue por incitar al pueblo a proseguir con tantas tropelías.

Ni  la súplica de su mujer a quien le iba muy bien con el negocito de santería , ni su amenaza de romper con treinta años de matrimonio , pudo impedir que denunciara el engaño, primero, a través de su medio de prensa, luego ante la Justicia.

Su editorial fechado el 8 de diciembre de 1990  en alguno de sus párrafos decía :

“Estimados vecinos de Garbis : ¿Hasta dónde ha de  decaer la moral de nuestro pueblo ,los valores que nos legaron nuestros ancestros ?¿En qué clase de hombres nos hemos convertido  a cambio de una prosperidad construida a costa de estafar en  la esperanza de tantas personas enfermas?¿En que rincón de nuestras almas ha quedado la decencia, la honestidad, la honorabilidad que siempre  llenó de orgullo a nuestro pueblo ?...”

Y seguía en otro párrafo : ” Sucia está nuestra alma de mentiras  que nos hicieron cometer los desvergonzados representantes de nuestro gobierno, a quienes les confiamos el progreso de nuestra comunidad….”

Agregaba finalmente: “Incito a todos a declinar este comportamiento, asumiendo la responsabilidad que a cada uno le corresponde.” Firmado Said Raboso Director de “El  Araguay ”

La cosa que no quedó aquí pues ,viendo que nadie  adhería  a sus plegarias , preso de la furia por lo que consideraba era una victoria del farsante de Morantes, tomó el diario en sus manos y se dirigió a los Tribunales  donde presentó  su Denuncia por Ejercicio Ilegal de la Medicina, y fraude agravado  contra toda la comunidad de Garbis, incluido el sacerdote Yrazabal Oduber  y las dos monjitas filipinas Yanuary y Majzoub Rada de  la Congregación  Hijas de María.

Dos semanas después cientos de cédulas de notificación citaban a prestar declaración indagatoria a todo los habitantes  de  Garbis , con excepción de los menores de edad ,para el nueve de febrero de 1991 a partir de las 7,30 horas.

Pero ese día nadie concurrió por lo que el Juzgado actuante  libró una segunda notificación para el mes siguiente , esta vez bajo apercibimiento de llevarlos a declarar bajo la fuerza pública.

Aquel día ,una circunstancia imprevista le impidió al oficial concretar la diligencia encomendada. El Acta  labrada por el notificador con resultado negativo decía lo siguiente:

 “Habiéndome presentado en el pueblo de Garbis en la mañana del 12 de marzo de 1991 informo a S.S. que no he podido hacer efectiva la diligencia requerida  por que  en el pueblo no había nadie , con excepción del denunciante Don Said Raboso quien vestido con un túnica blanca y una inscripción que decía “RABIOSO”  estaba atado  al busto erigido en memoria del fundador del pueblo  Constantino Garbis. No teniendo nada más que agregar.  Firma: Alexis Rada. Oficial notificador.

Algunas semanas después la  investigación realizada por la policía arrojó claridad a la causa que por desacato a la autoridad   se les había iniciado a los ya imputados  pobladores  de Garbis.

Más de cien testigos, entre ellos pescadores y lugareños  afirmaron haber visto  un  contingente de  personas  cruzando en barcazas por la noche  el Río  Pilcomayo  con destino que desconocían.

Han pasado más de dos meses desde aquellos  episodios .

Said Raboso ,alias Rabioso, único poblador de Garbis  , no sale de su aburrimiento:

Solo camina por las calles, solo come, solo se conversa, solo lee su propio diario, solo transita por las calles vacías de lo que fue un pueblito alegre  de provincia.

Su único contacto con el mundo se lo brinda una pequeña radio portátil que apoya entre su oreja y la almohada en sus largas horas de  siesta en completa soledad.

Esta tarde ,la noticia que ha escuchado en el informativo lo ha hecho saltar de la cama.

- ¿Has escuchado lo mismo que yo , Said? se ha preguntado a sí mismo.

-  Said , por favor , sube el volumen para escuchar lo que no puedes creer :

-¡Último momento! Anuncia el locutor de  Radio Del Norte  con una musiquita de fondo.

- En estos instantes  , los príncipes de  Gales están arribando en su avión privado  a la  exótica Isla  Gran Inagua , reconstruida  tras el feroz huracán que la devastó por completo en el año 1984 . Su visita tiene como objetivo principal  rendir homenaje al Maestro Candiales y a todos los habitantes de la isla  por su encomiable  obra benefactora en favor de la   humanidad  ...     

                                                                                                                                María Cecilia Repetto

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