lunes, 15 de julio de 2013

FUNDACION DE DOLORES



 


 

INFINITA DOLORES (2010)

 

                 Cuando Don Ramón Lara funda  la ciudad de Dolores hace 191 años el llamado “problema del indio “constituía el eje de las preocupaciones  de los pobladores rurales y  de   los representantes de los gobiernos provinciales.

                  Precisamente Lara  recibe   instrucciones  de  erigir un poblado con el fin de ampliar  la línea de frontera y evitar el avance de los indios que en aquel entonces constituían unos de los peligros que más  inquietaban a los habitantes de la zona.

                  Los indios pampas eran temibles por su ferocidad y el  propio Lara lo había sufrido en carne propia desde su infancia ya que su familia, que pertenecía al pago de la Magdalena, había sido  víctima frecuente de los saqueos de los malones.

Quiere decir que Dolores nace como  respuesta a un problema candente  de la época   y como parte de las políticas de aquel entonces habían fijado como objetivo fundar poblados con familias para impedir el avance de los indios.

                  Más allá de esta realidad en que se basan los motivos de la fundación es probable también que , su fundador  y todos aquellos que  contribuyeron a que esta ciudad se erigiera ,  como  don Julián  Martinez Carmona que donó los primeros terrenos para que se edificara el pueblo y las  familias de primeros pobladores , hayan abrigado en su interior  alguna otra aspiración  que excedía aquel propósito inicial de resolver el problema del indio

                    En este sentido no sería equivocado  pensar que al fundarse este  pueblo también se colocó una semilla de esperanza en construir una ciudad  que fuera  algo más que una ciudad centinela , tal vez, la imaginaron  como una ciudad del progreso en los deshabitados territorios del sud.

                     Es difícil ponerse en la piel de un “fundador “, como lo fue Don Ramón Lara, personajes extinguidos por la fuerza de las circunstancias y que despiertan suma curiosidad en quien se ponga a pensar en ellos.

                     La sola condición de “fundador” le otorga a quien la ostente el privilegio de estrenar la primera página en la historia de un pueblo .

                       Quien funda una ciudad la funda para siempre, su creación excede  sus propios límites temporales  y quien sabe  el de cuantas generaciones.

                        Seguramente ni Lara ni el padre Robles en la soledad de aquellos parajes hayan podido imaginar que luego de aquella acta fundacional pasarían 191 años y Dios dirá  cuantos más.

                    Pese a ello creo que Lara era consciente de la magnitud de su obra  y en tal sentido pienso que  además de haber cumplido el objetivo  que le habían encomendado , nuestro fundador  presintió  que  al fundar  de Dolores  se había comprometido  íntimamente en un desafío  mayor.

                      La prueba de ello lo brinda su empeño por reconstruir la ciudad después de ser incendiada por el malón de indios dirigidos por Molina  en el año 1821 pese a que en aquella emboscada  Lara  había perdido  su vivienda y parte de su familia.

                      Es decir ,existió ,en mi opinión y desde los primeros tiempos, un sentimiento ,una ilusión de progreso , una verdadera apuesta al futuro de  este pueblo.

                      A 191 años de aquel acto fundacional no sé si  habremos cumplido las expectativas de nuestro fundador.

                      Quien dice,tal vez Lara abrigaba una esperanza mayor en nosotros.  

                    Sucede que el progreso de una ciudad debe ser concebido como  un  desafío de nunca acabar para una empresa infinita. Cada día que transcurre deben ser pasos destinados a avanzar hacia una comunidad  más habitable ,mas próspera ,mas desarrollada, más integrada entres sus habitantes.

 

                      Dolores, como tantas ciudades del interior, mantiene ese perfil sereno que tanto agrada a quienes habitamos en ella pero al mismo tiempo  se demora en esas aguas calmas como  renegando al progreso y soslayando la mirada en su porvenir.

                      Apenas nueve años nos separan del bicentenario ,todavía hay tiempo para avanzar con nuevos  proyectos ,para plantearnos metas dirigidas al desarrollo de la ciudad , para salir de los  errores y para asumir el compromiso de  cumplir aquellas íntimas   ambiciones de Lara , tal cual lo reza  la letra de nuestra himno ,ser  del progreso una ciudad centinela.

 

María Cecilia Repetto

 

 

 

 

 

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