lunes, 15 de diciembre de 2014

DOCENTES MALTRATADOS...POR ALUMNOS.


          NO TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR , PERO…

    
               Recientemente un director de escuela de la ciudad de  Oberá  en Misiones fue apartado de su cargo por decisión del Consejo Superior de Educación de esa provincia.

La severa  sanción le fue aplicada luego  de que éste  expulsara   del establecimiento a cinco alumnos que habían robado una moto a un compañero.

Según el  criterio  del Ministerio  de Educación  el director se habría extralimitado en sus funciones al adoptar  medidas disciplinarias  que no le correspondían teniendo en cuenta  que  el ilícito se habría consumado fuera del  establecimiento educativo.

En desacuerdo con  esta resolución   , algunos  padres de chicos que concurren a ese colegio organizaron  una marcha de apoyo al director  solicitando su reincorporación ,  hecho que  hasta el momento en que esta nota escribo  no se ha producido .

Oportunamente,  en su defensa , el director expresó que solo había  cumplido con su deber  pues  “ si las instituciones desechan todo tipo de autoridad, ¿qué les podemos decir a nuestros alumnos que no hagan?" "Si los que roban no tuvieran castigo, entonces, si alguien viola a una chica en la vereda, nosotros no podemos hacer nada. Si alguien se agarra a golpes y se lastima o saca un arma blanca y lastima, nosotros no vamos a poder hacer nada. Vamos a tener que ir al otro día a preguntarle al ministro qué debemos hacer…”

Lo ocurrido en Misiones  ha tenido mucha repercusión en la opinión pública pues más allá de sus  connotaciones particulares  nos remite   al controvertido tema acerca del quiebre   del ejercicio de   la autoridad  en los establecimientos educativos  de  nuestro país.

Las  dificultades con la que hoy se enfrentan los docentes  para establecer límites  a sus alumnos  en las aulas se han ido acentuando en los últimos años .

Lejos estamos de aquella época  del puntero  amenazante   ,  de las sanciones abusivas y muchas veces denigrantes que se aplicaban sin remordimiento alguno  a los alumnos  : las orejas de burro para quien  no había hecho las tareas o el castigo de irse al rincón mirando a la pared  durante largo tiempo y otras tantos castigos que a dios gracias  hoy solo son   anécdotas.

Lejos estamos de aquella época de niños  sometidos a la arbitrariedad de los maestros, donde lo que  ellos decían  era  una verdad revelada –palabra santa-  que no admitía contradicción ni revisión .

 Nadie a estas alturas podría  desear retroceder al  tiempo  “ de los hijos del rigor “ y  avalar  aquel pensamiento retrógrado que sin dudas ha dejado marcas poco felices en la  memoria de tantas generaciones.

Por suerte  ,el mundo ha evolucionado en el respeto a los derechos humanos y  avanzado en  los derechos del niño que han contribuido a proteger  su salud física y  mental

 

Pero muchas veces da la impresión que hemos caído en el extremo opuesto que tampoco contribuye al crecimiento de los alumnos y que parece obviar el derecho de los docentes a ser respetados  en el ejercicio de sus funciones.

Resulta hoy  muy difícil, sino imposible, a un docente mantener  la disciplina dentro del aula  porque no cuentan con el respaldo institucional necesario cuando  deben ponerle límites o sancionar  a un alumno.

Los roles asistenciales que ha debido asumir la escuela han puesto por delante la necesidad de  contener a los alumnos dentro de la institución aun cuando tengan problemas de conducta que interfieran en el proceso educativo.

Conocedores de la debilidad de las autoridades son habituales las agresiones de alumnos a otros compañeros o a los propios profesores  sin que reciban una sanción ejemplificadora.

El problema de la falta de límites  de la que hablan tantos docentes también  es un reflejo de  manifestaciones que se observan en otros ámbitos de la convivencia social , es  una clara manifestación del  “aquí no pasa nada”  , de la certeza de que no hay sanción para el que no cumple la ley y  de una inversión en la escala de valores que provoca serios inconvenientes para lograr la armonía social.

Ni el excesivo rigor de antaño ni la permisividad de ahora . Lo que hace falta es encontrar el equilibrio que permita desarrollar la tarea educativa dentro de un marco de respeto mutuo entre alumnos y docentes  , con un régimen disciplinario  firme y  ejemplar .

Y vuelvo al caso de Misiones, supongamos que el director es restituido  en su cargo y los alumnos también. ¿Qué imagen de autoridad puede ofrecer frente a la comunidad educativa a su cargo?

No estamos a favor de seres intocables pero sí es importante preservar la figura del docente  quienes tienen a su cargo la misión de transmitir conocimientos para también pautas de vida que van a influir en el futuro de sus alumnos.

Solía creer cuando iba a la escuela que el mejor profesor era el que nos dejaba a hacer de   todo , para que se entienda , el que dejaba pasar la hora sin exigirnos nada. Con la vuelta de los años he replanteado mi escala de valoraciones ; creo que aquel que me parecía un profesor buenito era un incumplidor  que nos hacía daño , en cambio el que nos hacía estudiar ,el que nos exigía ,el que  nos enseñaba  y cumplía con su deber ,ese sí  era un  verdadero maestro .

Por todo esto creo que hacen falta en las aulas  maestros   , profesores y directores respetables y respetuosos .Respetables desde el conocimiento y desde la autoridad que les otorga su investidura .Respetuosos también de la importante misión que están desarrollando: Nada más y nada menos que educar para el futuro de un país.

María Cecilia Repetto

 

 

 

 

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