martes, 30 de diciembre de 2014

FIN DE AÑO EN DOLORES


      

EL DIA DESPUES

 

 

      Las fiestas del fin de año pasaron tan rápido, casi sin darnos cuenta y pensar que llevan tanto preparativo.....

              Ya desde los primeros días de diciembre empieza el trabajo de buscar los lugares donde quedaron arbolito de Navidad ,las luces y pesebre  el año anterior.Así como esta ,se multiplican las tareas de las que hay que ocuparse cada día.

                Pese a la alegría que producen los festejos de fin de Año,para nuestra vecina  ,sin embargo, pasaron “Por Fin”.

                Respiró  una suerte de alivio y sensación de  “misión cumplida”al culminarse ,aunque luego rectificó su comprensible  pensamiento.

                  Sucede que las fiestas  de fin de año se realizan  por tradición en su casa y estuvo muy atareada toda la semana anterior con su organización ,tuvo que conseguir  sillas ya que no le alcanzaban  para todos ,acomodar el patio por si la noche era linda y se decidia cenar allí, obviamente preparar  la comida , comprar las bebidas y  con este calor el cúmulo de estas tareas se vuelve bastante pesado.

                  No sé porque motivo pero esta última reunión la tomó más cansada y con menos entusiasmo  que en años anteriores.

                  Después del asado y del brindis de las doce, todos los invitados  salieron a festejar el año nuevo y la dejaron en la más completa soledad, bueno ,en realidad  no tan sola sino acompañada por una  torre de platos y copas  que la tuvieron entretenida casi hasta la hora de abrirle la puerta al perro al que se le ocurre salir siempre a la salida del sol.

                   Sin embargo, ese silencio  mezclado con la espuma del detergente  y la  tenue caída del agua ,  la hicieron olvidar por un rato  la triste realidad del ama de casa .

                   Meditó largo rato sobre la importancia de  esas reuniones donde se  afianzan los vínculos y conservan eso que se llama las tradiciones familiares tan recordadas y atesoradas cuando somos grandes.

                  Revalorizó  el sentido de las fiestas ,pensó que la posibilidad de juntar su gente para festejar    justificaba todo su trabajo de días anteriores y se prometió asimisma que el próximo fin de año reuniría de nuevo a todos en su casa.,incluso al fatal de su cuñado.

 

                   Así reconfortada interiormente, luego de limpiar hasta el último plato vio que el día ya se aproximaba, y que no valía la pena  recostarse pues el  aire olía de una manera especial mezcla del perfume del  tilo en diciembre con tierra húmeda.

                  Y salió a caminar.

                   Salió solita a dar un paseo por la ciudad, cuando todos ya estaban en el mejor de los sueños.

                  Eran las siete  de la mañana del primero de enero del 2.015.

                  Tuvo que pasar fin de siglo para que esta vecina descubriera que vive en una ciudad  especial, una ciudad donde  los teros  vuelan  atravesando la plaza  todas las mañanas  con total parsimonia.

                  Descubrió  la cándida  belleza de su Dolores , de esa que no encandila que no apabulla  ni atropella con sus encantos.

                  Vio que su ciudad natal conserva  por suerte  su  fisonomía de casas bajas y deseó que no cambiara nunca que quedara con sus aires de pueblo tranquilo ,de vecinos sentados en la vereda en las tardes calurosas  y de corsos tristones  en los finales de marzo.

                                                        María Cecilia Repetto

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