viernes, 14 de octubre de 2022

9 DE JULIO DE 1816 , DIA DE LA INDEPENDENCIA .

 LA  VERDADERA  INDEPENDENCIA

     Se conmemora el 9 de julio un nuevo aniversario de la fecha en que  representantes de distintas provincias del país  reunidos en la Ciudad de Tucumán firmaron  un documento  a través del cual las Provincias Unidas  proclamaban la  independencia  de toda dominación extranjera.

Luego de un largo proceso  que comenzó a gestarse  en 1.810   se cumplía  el  sueño  de poner  fin  a las ataduras coloniales sentando las bases de una  nación libre y soberana.

Pocas veces hubo una asamblea que diera comienzo a su labor en un escenario  tan poco  propicio  y rodeado de amenazas   .

La situación interna y externa en la época de la apertura del Congreso Constituyente era desalentadora  y conflictiva desde cualquier lugar  donde se la mire:

Después de  seis años de luchas incesantes por la independencia en territorios despoblados y expuestos a malones indígenas  el agotamiento moral y  material del ejército patriota era inevitable.

El centralismo porteño  y el enfrentamiento con  las provincias constituían  un frente de conflicto tanto o más preocupante  que el que planteaba la situación externa en donde las noticias que llegaban de  fracasos revolucionarios  generaban el temor de correr con la misma suerte.

En México, por ejemplo, con el fusilamiento de   José María Morelos en 1815   pareció haberse eclipsado  la revolución mexicana por la independencia.

En Chile después del desastre de Rancagua  en 1814 las fuerzas patriotas  a duras penas habían podido cruzar la cordillera para regresar a Mendoza.

En Uruguay la situación no era la mejor, los portugueses  esperaban la oportunidad para volver a la Banda Oriental y en el Norte Rondeau había sido  derrotado en la batalla de Sipe Sipe  en 1815 y como consecuencia de ello  quedaron abiertos a la invasión realista.

Del otro lado del océano, en España, luego de la declinación de Napoleón se asistía al  regreso de Fernando VII al trono quien volvía con las intenciones de  recuperar el tiempo perdido y reconquistar las posesiones americanas, circunstancia que acrecentaba la incertidumbre.

Pese a este escenario hostil  en  donde todo parecía  contrariar el proyecto revolucionario en Buenos Aires se  decidió no esperar más y convocar el Congreso Constituyente de las Provincias Unidas.

El 23 de marzo de 1816 fue inaugurado el Congreso de Tucumán ,Pedro Medrano ,presidente provisional , tomó juramento  a los diputados ,que se comprometieron a defender la  religión católica ,apostólica, romana  y a promover por todos los medios la integridad  del territorio de las Provincias Unidas  contra cualquier invasión extranjera.

El Congreso sesionó en la casa de Francisca Bazán  de Laguna  que muchos años más tarde el gobierno compró pero no para museo sino para poner una oficina de correo. (Tiempo después  se aprobó el proyecto de restauración para convertirla en sitio histórico).

En aquel Congreso no hubo acuerdo sobre la forma de gobierno que se establecería debido a las  profundas diferencias ideológicas de sus integrantes cuyo tratamiento se difirió para otra oportunidad.

Ocasiones como esta pueden servirnos para evocar el acontecimiento histórico como indudablemente lo fue  o también para reflexionar en su  significado,  si es que algún significado tiene  hoy para nosotros o si sabemos valorarlo.

En aquel momento si lo tuvo, no tengamos  dudas.

En aquellos tiempos  implicaba poner fin al largo periodo de dominación española, a  la etapa colonial donde todo dependía  de las decisiones de un monarca que gobernaba a la distancia    priorizando  sus   intereses.

Pensar en la independencia  era una idea audaz  si se piensa en la escasa organización y  problemas de toda índole que existían :  la dificultad  de  las comunicaciones   ,la extensión del  territorio , la precariedad de los caminos , la falta  de  recursos económicos, pero se trataba de  una aspiración que anidaba en el corazón de los pueblos desde las invasiones inglesas  y derivó   en  la   Revolución de Mayo de 1.810 .

Imaginemos por un momento  aquellos congresales viajando en carretas o a caballo durante meses hacia Tucumán, durmiendo quizá a la intemperie, para reunirse en torno  a un objetivo cuyos resultados no verían en lo inmediato pero  aun así consideraron que era fundamental para el futuro de las  generaciones que los sucedieran.

Lo que se aspiraba era constituir un Estado soberano  que pusiera fin a   la  dominación externa, al despotismo y asegurara las libertades individuales de la población.

Los resultados fueron óptimos  aunque no estuvieron exentos  de conflictos y pasaron algunos años  hasta que pudo consolidarse   la organización nacional  con  la sanción  de la Constitución  Nacional en 1.853 . 

Se cumple un nuevo aniversario de  aquel suceso que definió el futuro de nuestra patria y también el  de nuestras vidas.

En aquel momento a pesar del  panorama adverso   nada  pudo frenar la fuerza revolucionaria   que arrolló y venció finalmente  todos los obstáculos  hasta lograr el objetivo planteado: Declarar la  independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Desde este punto de vista la independencia tuvo una dimensión americana, no solo rioplatense. Fue un intento de superación de antagonismos y un esbozo de unidad nacional a pesar de  las dificultades internas y externas.

Ser independiente nos habla de la dignidad del ser humano y la dignidad de una nación.

A esta condición se llega con educación, con trabajo, con posibilidades   de inserción laboral y desarrollo  personal.

Actualmente solo una parte de la población   goza de este privilegio y no sería exagerado decir que  a muchos jóvenes les  resulta     más fácil  conseguir droga que trabajo.

Por otro lado, como se sabe,  ellos  no son los únicos que hoy sufren “problemas de independencia”, hay familias enteras que dependen de la ayuda estatal y ni que hablar de los  adultos mayores cuyos haberes  jubilatorios no les alcanza para vivir  y muchas veces dependen de la  asistencia de un familiar.

En los  tiempos difíciles que nos ha tocado atravesar con la pandemia y las restricciones a las libertades por cuestiones sanitarias  nos han enseñado a valorarla  y  añorarla cuando por distintas circunstancia se la pierde o se la restringe.

No hay pueblos independientes con una población ignorante, analfabeta y que vive de las limosnas del Estado. 

Un país es  independiente cuando quienes viven allí  tienen acceso por igual a la salud, a la educación, al trabajo, y cuando lo que  se genera  en riquezas, se distribuye equitativamente.

Hoy nos falta conseguir esa independencia que no debe quedar como una aspiración sino como un compromiso de toda la sociedad   y el deber de los gobernantes, pues si en circunstancias más adversas se pudieron superar todas las dificultades, quiere decir que cuando hay voluntad es posible tener éxito en el resultado.

María Cecilia Repetto

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