LA VERDADERA INDEPENDENCIA
Se conmemora el 9 de julio un nuevo
aniversario de la fecha en que representantes de distintas provincias del
país reunidos en la Ciudad de Tucumán firmaron un documento a
través del cual las Provincias Unidas proclamaban la
independencia de toda dominación extranjera.
Luego de un largo proceso que comenzó a gestarse en
1.810 se cumplía el sueño de poner
fin a las ataduras coloniales sentando las bases de una nación
libre y soberana.
Pocas veces hubo una asamblea que diera comienzo a su labor en un
escenario tan poco propicio y rodeado de amenazas
.
La situación interna y externa en la época de la apertura del Congreso
Constituyente era desalentadora y conflictiva desde cualquier lugar
donde se la mire:
Después de seis años de luchas incesantes por la independencia
en territorios despoblados y expuestos a malones indígenas el agotamiento
moral y material del ejército patriota era inevitable.
El centralismo porteño y el enfrentamiento con las
provincias constituían un frente de conflicto tanto o más
preocupante que el que planteaba la situación externa en donde las
noticias que llegaban de fracasos revolucionarios generaban el
temor de correr con la misma suerte.
En México, por ejemplo, con el fusilamiento de José María
Morelos en 1815 pareció haberse eclipsado la revolución
mexicana por la independencia.
En Chile después del desastre de Rancagua en 1814 las fuerzas
patriotas a duras penas habían podido cruzar la cordillera para regresar
a Mendoza.
En Uruguay la situación no era la mejor, los portugueses
esperaban la oportunidad para volver a la Banda Oriental y en el Norte Rondeau
había sido derrotado en la batalla de Sipe Sipe en 1815 y como
consecuencia de ello quedaron abiertos a la invasión realista.
Del otro lado del océano, en España, luego de la declinación de
Napoleón se asistía al regreso de Fernando VII al trono quien volvía con
las intenciones de recuperar el tiempo perdido y reconquistar las
posesiones americanas, circunstancia que acrecentaba la incertidumbre.
Pese a este escenario hostil en donde todo parecía
contrariar el proyecto revolucionario en Buenos Aires se decidió no
esperar más y convocar el Congreso Constituyente de las Provincias Unidas.
El 23 de marzo de 1816 fue inaugurado el Congreso de Tucumán ,Pedro
Medrano ,presidente provisional , tomó juramento a los diputados ,que se
comprometieron a defender la religión católica ,apostólica, romana
y a promover por todos los medios la integridad del territorio de las
Provincias Unidas contra cualquier invasión extranjera.
El Congreso sesionó en la casa de Francisca Bazán de
Laguna que muchos años más tarde el gobierno compró pero no para museo
sino para poner una oficina de correo. (Tiempo después se aprobó el
proyecto de restauración para convertirla en sitio histórico).
En aquel Congreso no hubo acuerdo sobre la forma de gobierno que se
establecería debido a las profundas diferencias ideológicas de sus
integrantes cuyo tratamiento se difirió para otra oportunidad.
Ocasiones como esta pueden servirnos para evocar el acontecimiento
histórico como indudablemente lo fue o también para reflexionar en
su significado, si es que algún significado tiene hoy para
nosotros o si sabemos valorarlo.
En aquel momento si lo tuvo, no tengamos dudas.
En aquellos tiempos implicaba poner fin al largo periodo de
dominación española, a la etapa colonial donde todo dependía de las
decisiones de un monarca que gobernaba a la distancia
priorizando sus intereses.
Pensar en la independencia era una idea audaz si se piensa
en la escasa organización y problemas de toda índole que existían :
la dificultad de las comunicaciones ,la extensión
del territorio , la precariedad de los caminos , la falta de
recursos económicos, pero se trataba de una aspiración que anidaba en el
corazón de los pueblos desde las invasiones inglesas y derivó
en la Revolución de Mayo de 1.810 .
Imaginemos por un momento aquellos congresales viajando en
carretas o a caballo durante meses hacia Tucumán, durmiendo quizá a la
intemperie, para reunirse en torno a un objetivo cuyos resultados no
verían en lo inmediato pero aun así consideraron que era fundamental para
el futuro de las generaciones que los sucedieran.
Lo que se aspiraba era constituir un Estado soberano que pusiera
fin a la dominación externa, al despotismo y asegurara las
libertades individuales de la población.
Los resultados fueron óptimos aunque no estuvieron exentos
de conflictos y pasaron algunos años hasta que pudo
consolidarse la organización nacional con la
sanción de la Constitución Nacional en 1.853 .
Se cumple un nuevo aniversario de aquel suceso que definió el
futuro de nuestra patria y también el de nuestras vidas.
En aquel momento a pesar del panorama adverso
nada pudo frenar la fuerza revolucionaria que arrolló y
venció finalmente todos los obstáculos hasta lograr el objetivo
planteado: Declarar la independencia de las Provincias Unidas del Río de
la Plata.
Desde este punto de vista la independencia tuvo una dimensión
americana, no solo rioplatense. Fue un intento de superación de antagonismos y
un esbozo de unidad nacional a pesar de las dificultades internas y
externas.
Ser independiente nos habla de la dignidad del ser humano y la
dignidad de una nación.
A esta condición se llega con educación, con trabajo, con
posibilidades de inserción laboral y desarrollo personal.
Actualmente solo una parte de la población goza de este
privilegio y no sería exagerado decir que a muchos jóvenes les
resulta más fácil conseguir droga que trabajo.
Por otro lado, como se sabe, ellos no son los únicos que
hoy sufren “problemas de independencia”, hay familias enteras que dependen de
la ayuda estatal y ni que hablar de los adultos mayores cuyos
haberes jubilatorios no les alcanza para vivir y muchas veces
dependen de la asistencia de un familiar.
En los tiempos difíciles que nos ha tocado atravesar con la
pandemia y las restricciones a las libertades por cuestiones sanitarias
nos han enseñado a valorarla y añorarla cuando por distintas
circunstancia se la pierde o se la restringe.
No hay pueblos independientes con una población ignorante, analfabeta
y que vive de las limosnas del Estado.
Un país es independiente cuando quienes viven allí tienen
acceso por igual a la salud, a la educación, al trabajo, y cuando lo que
se genera en riquezas, se distribuye equitativamente.
Hoy nos falta conseguir esa independencia que no debe quedar como una
aspiración sino como un compromiso de toda la sociedad y el deber
de los gobernantes, pues si en circunstancias más adversas se pudieron superar
todas las dificultades, quiere decir que cuando hay voluntad es posible tener
éxito en el resultado.
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