Elogio de la incomodidad
Estar cómodo puede ser un ideal pero dudo que sea
buen aliado en el camino de la superación.
Todo desafío personal, de menor o mayor dimensión ,
requiere esfuerzo , salir de la quietud y avanzar hacia otro lugar aún
a riesgo de tropezar pero ,como alguna vez escuché decir : "Si
no tenemos el coraje de dejar la costa nunca podremos cruzar
el océano."
En cierta medida la incomodidad actúa de estímulo ,impulsa
el cambio y habilita el crecimiento .
Lo tenían muy claro las generaciones que nos precedieron
,sobre todo en cuanto a la crianza de los hijos .
Daban lo justo y tal vez un poco menos ,al límite de lo
necesario ,a veces porque no tenían más recursos pero mayormente
porque su convicción era que sus obligaciones tenían un límite que no
debía traspasarse . Lo demás corría por nuestra cuenta .
Tan antigua como la Biblia que también llama a salir
de la comodidad y le dice a Noé que deje su lugar para
construir el Arca , se trata de una enseñanza básica que pareciera
haber perdido vigencia en la sociedad actual donde lo que se fomenta , o
fomentamos , es precisamente lo contrario .
El facilismo asociado a la comodidad es la bandera que ha
enarbolado nuestra sociedad y se ha instalado como un estilo de vida y de
pensamiento que no mide sus consecuencias nocivas, en especial para los niños y
jóvenes en su etapa de crecimiento .
Pensemos en las nuevas generaciones ,en las nuestras
, en la enseñanza que se les está brindando cuando los
mensajes y ejemplos que reciben son de un país aletargado y conformista ,
que no estimula su capital humano para el desarrollo,
que lo desanima a progresar y lo alienta a buscar mejores horizontes en
el extranjero porque aquí no hay lugar para los soñadores del progreso .
El Estado argentino directa o indirectamente tiende
a que su población permanezca en la chatura ,lo hace cada vez que
acrecienta el asistencialismo en vez generar fuentes de trabajo
,cuando subestima la educación como herramienta de crecimiento individual
,cuando no genera la condiciones para que el ascenso social sea el resultado
del mérito personal en vez de la dádiva o el acomodo .
Existe hoy un entorno contraproducente para quienes
se encuentran en una etapa de formación porque los mensajes y ejemplos que se
envían no estimulan a crecer ni a esforzarse .
Una prueba cabal de ello la brindó una encuesta donde un 70
% de los jóvenes manifestó que desearía conseguir un puesto del Estado en vez
de ejercer su oficio o profesión libremente.
Esto sucede porque las profesiones liberales están
devaluadas ,porque el profesional que estudió ,se formó e invirtió tiempo y
dinero en su carrera al finalizar sospecha que su futuro será difícil si
no consigue un sueldo estatal que le recortará sus alas pero salvará sus
gastos de subsistencia a fin de mes .
Qué lejos ha quedado ese país donde los profesionales
recién recibidos se iban a pueblos alejados de las provincias como
médicos ,arquitectos o abogados a forjar su futuro .
Los padres de mi generación hicieron el esfuerzo para
enviarnos a estudiar porque estaban convencidos que un título brindaría
independencia económica y un trabajo digno con el cual poder subsistir y
sostener una familia .
No es lo que sucede en la mayor cantidad de casos hoy en
día . Los profesionales recién recibidos son indigentes y viven de la
ayuda de los padres o realizan un trabajo que no tiene nada que ver con lo suyo
para subsistir .
Se trata solo derivaciones de lo poco que vale el afán de
progreso pues al fin y al cabo ,como dicen muchos jóvenes , de nada
sirve el saber , y el único camino parecería ser un puesto estatal
o el aeropuerto de Ezeiza que los deposite en otros países donde
quien sabe se les reconozcan sus saberes.
Hay prontas elecciones legislativas , y se me ha dado
pensar a qué políticos o fuerza política le interesa que haya un
cambio de rumbo en el sentido de valorar el trabajo y el estudio como
herramienta de progreso.
No es un detalle menor ,mientras nuestro país
debate su rumbo , todas las señales indican que el mundo se
encamina hacia un escenario laboral diferente , donde el conocimiento
estará en el centro de la escena ,que pondrá el eje en la educación . Mientras
esto ocurre en nuestro país se cierran las escuelas y las universidades aún
permanecen cerradas por la pandemia .
Devaluar nuestras mentes es tan
perjudicial como cancelar el futuro , donde debemos hacer lo posible para
salir del letargo , abandonar la quietud y construir nuestra arca
que nos lleve por la senda de crecimiento ,apelando a la sana
incomodidad del esfuerzo y la certeza de que se trata
del camino correcto .
María Cecilia Repetto
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